ABC estaba en la plenitud de su vida empresarial con un importante porcentaje de aceptación de los lectores de diarios. Cientos de trabajadores quedaron sin empleo directo, más de cinco mil en forma indirecta en todo el país. Los serviles al dictador esperaron por años que Stroessner diera la orden, hartos de las denuncias de corrupción, de denuncias de violaciones de los derechos humanos, de apresamientos arbitrarios periódicos.
A los funcionarios corruptos se les erizaba la piel cada vez que se ventilaban sus trapisondas. Aquel día de la clausura, el diario stronista Patria reiteraba declaraciones del ministro del Interior Sabino Montanaro en las que remarcaba que nuestro director Aldo Zuccolillo continuaba preso “por faltar el respeto a las autoridades”.
El portavoz del tirano justificaba la medida en declaraciones al diario Hoy. “Es de mala educación emplazar a un ministro para que reciba a un supuesto presidente del Mopoco”, ironizaba. Stroessner quiso castigar al periodista (Edwin Brítez) que realizó una entrevista a Miguel Ángel González Casabianca.
El dirigente del Mopoco, fallecido el 5 de febrero de 2007, fue uno de los principales luchadores por la libertad y la democracia. No le importaba ir preso. En esos días, había enviado un telegrama colacionado al ministro del interior y lugarteniente de la represión stronista, Sabino Montanaro. Le reclamaba que divulgue un documento atribuido al Gobierno de Estados Unidos en el cual se identificaba al movimiento colorado como “grupo terrorista”.
Lea más: Un legado de acero: hacer periodismo entre ataques y secuestros
El desafío colmó la ira del dictador. ABC publicó el telegrama y Stroessner ordenó la detención de nuestro director Aldo Zuccolillo, quien fue transportado al Penal de Tacumbú.
Estando preso, el Gobierno ordenó la clausura de ABC el 22 de marzo de 1984, hace exactamente 39 años. “Si (Zuccolillo) no quiere revelar quién redactó la información aparecida el viernes (16 de marzo de 1984), seguirá preso”, sentenció el ministro.
Siendo senador, 10 años después de la clausura, ya en democracia, en un mensaje en la plenaria del cuerpo legislativo en 1994, González Casabianca recordó el episodio y rindió homenaje a Zuccolillo y sus periodistas, “esos periodistas valientes que desarrollaron una tarea de esclarecimiento público que la sociedad paraguaya les debe como homenaje”.
“Los que habíamos salido al exilio habíamos sido muertos civiles durante más de 25 años, y ABC Color nos revivió. Y no solo nos revivió a nosotros. También revivió a la resistencia colorada que estaba dentro, latente y larvada en el país”, dijo González Casabianca”.
Y lo que es peor –agregó–, desde la más alta magistratura judicial, también con algunos artilugios procesales, se negó el derecho al hábeas corpus contra una medida absolutamente lesiva a la Constitución Nacional”, precisó, aludiendo a la administración del Poder Judicial, a cargo entonces de Luis María Argaña, que consintió el cierre del diario”.
Lea más: Un legado de acero: Información completa y veraz más allá de la distancia
Ojalá que nunca más ningún senador colorado ni ningún diputado colorado tenga que dar lugar a los caprichos de ningún mandamás de turno para violar los derechos, las libertades y la dignidad de ningún paraguayo”, expresaba con vehemencia el político.
Demostraciones de obsecuencia llovieron desde todas las seccionales coloradas de la capital y el interior del país por la orden de clausura de nuestro diario.
Uno de ellos, firmado por César Ríos Herrera y Adelio Apuril felicitaba a Stroessner por su decisión de cerrar ABC “donde políticos irregulares acuden para usar la técnica de la desinformación y crear la base de la subversión. El campesino quiere vivir en paz, trabajar en paz y progresar en paz. Adelante mi general!”.
Y vino la democracia
ABC volvió a circular libremente el 22 de marzo de 1989 gracias a la instauración de la democracia tras el derrocamiento de Stroessner, tras permanecer 1.824 días clausurado. La larga pesadilla pudo acabarse cuando el dictador fue desalojado a cañonazos por las fuerzas del general Andrés Rodríguez.
El director de ABC fue liberado siete días después de su apresamiento, al día siguiente de la clausura. El régimen prohibió el ingreso al edificio y la policía política, dirigida por Pastor Coronel y Alberto Cantero, dispuso de una fuerte dotación para bloquear sus accesos por la calle Yegros para evitar las protestas.
Lea más: Un legado de acero: pasión, ideales e inquebrantable fe en la patria
Pero así como frente al diario comenzaron las manifestaciones callejeras de la ciudadanía aquel fatídico 22 de marzo de 1984, la última de la era stronista también se registró sobre la calle Yegros, el 10 de diciembre de 1988 (la “Marcha por la Vida”), una de las más violentamente reprimidas, pero la que marcó el fin del miedo al terror de la dictadura. El régimen se derrumbó menos de dos meses más tarde.
El acontecimiento lo recordamos siempre como una experiencia, una de tantas sufridas por miles de paraguayos a manos de un régimen totalitario, hoy definitivamente sepultado en el olvido.