Agustín Segovia, dirigente de pescadores de Ayolas, manifestó que el comportamiento inestable del río Paraná hace que prácticamente no haya pescado; los cardúmenes se mantienen a la altura de Cerrito y Paso de Patria. Trasladarse hasta esos lugares y permanecer una semana tiene un costo aproximado de G. 1.000.000.
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“Si el agua está alta, arrastra las algas y destruye los elementos de pesca, y si está baja, los pescados no suben hasta esta zona; cualquiera de las dos situaciones nos afectan directamente”, expresó Segovia.
La escasez de las diferentes especies de peces hace que los precios aumenten. El dorado puede llegar a costar entre 35.000 y 40.000 guaraníes. La boga alcanza los 22.000 ó 24.000 guaraníes, pero cuando hay mucho pescado los precios bajan. A raíz de eso, ya casi no hay ganancias porque se tiene muchos gastos.
Claudia Monzón, acopiadora de pescado en la zona de Atinguy, dijo que la situación del río hace que no haya pescado. Con un poco de suerte, lo que más se logra conseguir es pescados de la especie karimbata, cuyo costo es de G. 7.000 el kilo.
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“Surubí, boga, dorado y pacú no se consiguen. Veremos si mejora la situación. Ya llega la Semana Santa y no hay pescado”, dijo Monzón.
A consecuencia del desborde del río Paraná registrado entre febrero y marzo de este año, numerosas familias de pescadores perdieron sus cultivos agrícolas que tenían en las diferentes islas ubicadas aguas abajo de la represa Yacyretá.
Máximo Espíndola, presidente de la Federación de Asociaciones de Pescadores Profesionales del Sur, manifestó que para aliviar la crisis que se generó por la falta de pescado y por las pérdidas ocasionadas por la inundación, solicitaron asistencia alimenticia a la Entidad Binacional Yacyretá, pero hasta el momento no tienen respuestas.
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