La detección precoz y la rápida contención de algún eventual foco de gripe aviar que se pudiera notificar con ayuda del Ministerio del Ambiente, de organizaciones privadas de la producción y la protección animal así como de la ciudadanía, es la estrategia preparada por el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Animal (Senacsa), ante el inminente ingreso de dicho mal a nuestro país, según explicó en una entrevista el director general de Sanidad Animal del ente, Dr. Víctor Maldonado.
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Hoy, reunión de Senacsa con guardaparques
Explicó que hoy se realiza en Boquerón, Chaco, una reunión con técnicos del Mades y de otras instituciones para continuar afinando los sistemas de vigilancia sobre todo en los espejos de agua de la región Occidental. Igualmente indicó que se encuentran en conexión permanente con grupos de veterinarios y técnicos oficiales y privados del sector ganadero para la cooperación en la detección inmediata de eventuales focos de influenza aviar; también para el refuerzo de las medidas de bioseguridad en las granjas de producción industrial y la vigilancia permanente en las diferentes áreas de producción de aves de traspatio.
Admitió que el nivel de riesgo del eventual ingreso de aves migratorias enfermas con la gripe aviar aumentó porque los casos detectados en Cochabamba, Bolivia, o en Jujuy, Argentina, no son muy lejanos a nuestro territorio, desde el punto de vista del desplazamiento de las aves migratorias. “Hemos reforzado la vigilancia sanitaria al máximo, porque la ruta de las aves migratorias es impredecible, más aún si están desorientadas por la enfermedad”, explicó Maldonado. Exhortó a la ayuda de la ciudadanía y al sector privado para la detección precoz con miras a la rápida contención de focos.
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Mal transfronterizo
La influenza aviar, que llega con variante H5N1, es una enfermedad viral, infecciosa, patógena, altamente trasmisible y transfronteriza, que afecta tanto a las aves silvestres como a las domésticas, caracterizada por su alta mortalidad y que puede generar importantes pérdidas directas e indirectas en la cadena de producción y abastecimiento avícola, además de constituir una barrera para el comercio internacional, según la información del Senacsa.
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Por esa razón la institución sanitaria estableció la alerta máxima de bioseguridad desde los primeros días de diciembre del año pasado, tiempo desde que tiene preparado un plan de contingencia, con el refuerzo de acciones de vigilancia, así como la intensificación de medidas de control para evitar su difusión en nuestro territorio, que está libre de este mal.
El objetivo es limitar el eventual impacto negativo que pudiera traer sobre la producción avícola su posible ingreso, considerando la velocidad con que se está difundiendo por el continente desde hace seis meses.