Como en el microcentro de Asunción hay pocas casas con patio, las personas van a las plazas en busca de espacio verde, aire puro, algo de naturaleza y paz, pero en la Plaza Uruguaya solo en un sector uno puede aprovechar sus bondades, porque la otra parte está marcada por la desidia.
Dentro de la plaza existen dos librerías, que también atraen a muchas personas, mientras que en los alrededores se ubican vendedores, especialmente de remedios yuyos.
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Una parte de la Plaza Uruguaya está olvidada y descuidada. Además del pasto que va desapareciendo, la basura se va acumulando día a día. Esto atrae moscas y mosquitos. Hay también basureros y bancos descompuestos, además de alumbrados rotos.
Por mucho tiempo, la plaza estuvo ocupada tanto por campesinos como por indígenas que llegaban a la Capital para expresar sus reclamos al Gobierno y esto complicó mucho el aseo del lugar. El pasto todavía está tomándose su tiempo para volver a lo que era antes.
Actualmente, las personas todavía eligen el lugar para hacer sus caminatas, disfrutar de la sombra de los árboles, pasear a sus mascotas, hacer ejercicios o leer un libro.