La psicóloga Alma Segovia explica que el paso de un año a otro trae consigo numerosas reflexiones que no ocurren todos los días, desencadenando efectos psicológicos el hecho que el calendario “cambie”.
“La llegada de las fiestas de fin de año suele provocar emociones encontradas, algunas personas están encantadas con la perspectiva de volver a conectarse con conocidos; otros están interesados en las reuniones, brindis y entrega de regalos; aún otros están bajo la presión de la noción de terminar un ciclo y todo lo que conlleva” manifiesta.
El cambio de 2022 a 2023 es significativo
La Organización Mundial de la Salud señala que la prevalencia global de ansiedad y depresión aumentó un 25% en el primer año de la pandemia.
“Por eso es el cambio de 2022 a 2023 es significativo” resalta la profesional y agrega que este pequeño adelanto de calendario sobre la salud mental pueden ser un factor en el desarrollo del llamado síndrome de fin de año.
El síndrome de fin de año y el equilibrio
Para la psicóloga, el problema cuando se acaba el año es que no se han resuelto algunas cosas y se pasa por una fase de autoculpabilización que puede convertirse incluso en melancolía.
Explica que es una condición en la que aumenta la tristeza, la insatisfacción y la presión por sentirse feliz y que debido a los numerosos temores y posibles decepciones, los episodios de ansiedad y depresión son comunes.
“Algunas personas esperan el final del año con preocupación y anhelo por los objetivos que no pudieron lograr y el 31 de diciembre representa la manifestación de esta ansiedad a la luz del desempeño pasado y lo que se puede anticipar en el futuro”.
La razón por la que el fin de año está tan cargado de emociones
Alma señala que tiene que ver con la forma en que conceptualizamos el tiempo. “Es sobre los ciclos, pensamos mucho”.
También habla de cómo funciona nuestro cerebro que está influenciado por la cultura.
Enfatiza en que se cree que uno de esos ciclos y un conjunto de oportunidades llegó a su fin a principios de año.
“El evento es un punto de inflexión significativo que inspira reflexiones sobre lo que sucedió, lo que dejó de suceder, las promesas cumplidas o rotas, las pérdidas y las ganancias. Nuestro cerebro crea un maravilloso balance de todo lo que hemos pasado en los últimos 365 días, que dependiendo de lo que haya ocurrido, puede hacernos felices o tristes” analiza.
¿Cómo disminuir la autoculpabilidad?
- Darse cuenta que muchos factores están fuera del control de una persona.
- Vivimos dos años de estancamiento (pandemia), durante los cuales no se cumplieron muchos objetivos, no por fallas individuales.
- Expectativas poco realistas contribuye al problema.
- No es una buena idea comenzar el año con la expectativa de que se puede manejar todo de manera diferente o mejor.
- Las expectativas poco realistas luego decepcionan cuando no se cumplen.
- Ajustar las expectativas a la realidad.
- Dejar claro que no todo está bajo control para que el final del año no se traduzca en esta decepción.
Finalmente, Alma Segovia explica que nuestras mentes ven un nuevo año como el comienzo de un nuevo ciclo, por eso es el momento ideal para adoptar nuevas emociones que nos hagan sentir mejor.
“El cambio, en esencia, es una cuestión de actitud que comienza con el individuo” sentenció.