El padre Celestino Brítez, nuevo párroco de la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Itauguá, reflexionó sobre el verdadero sentido de la Navidad e instó a las familias a cambiar el modo de vivirla. Pidió no convertirla en una fiesta pagana en que solo importe la diversión.
“En la Navidad se celebra el nacimiento del Salvador que viene a ser la manifestación más excelsa de la plenitud del amor de Dios y de su misericordia para con la humanidad. El Niño Dios nace en el portal de Belén y, según los estudiosos, la palabra Belén significa casa del pan, que coincide con el sentido que se tiene respecto a Jesús, porque teológicamente Jesús es el pan bajado del cielo para la salvación y salida del ser humano de las sombras del pecado”, indicó.
Entonces, la Navidad es el nacimiento del Hijo de Dios, de la palabra divina, “es el Verbo Divino que se hizo carne para habitar entre nosotros y enseñarnos el camino para poder lograr la salvación”, dijo el religioso.
Cómo vivir la Navidad
El párroco Brítez explicó que la Navidad no solo debe ser vivida cada 24 y 25 de diciembre, sino siempre, en torno al nacimiento del Salvador. Aseguró que actualmente la Navidad para muchos se volvió una fiesta pagana y encierra una idea de que solo son días feriados en que la gente se dedica a la fiesta.
“No está mal que sea una fiesta y que haya abundante comida para compartir, pero está mal cuando se pierde la esencia, cuando se pierde el sentido pleno de la Navidad, que es conmemorar el nacimiento del Niño Dios. Debe ser vivida en torno a Jesús, que no sea solo una fiesta cualquiera, sino una fiesta de reflexión que empieza con la preparación durante el tiempo del adviento, que es la espera del nacimiento de Jesús. Debe ser un momento de perdón, de reflexión, de compartir en familia, de gratitud”, afirmó.
El pesebre no es un artículo decorativo
El padre Celestino también habló sobre la importancia de tener un pesebre en cada hogar y sobre su verdadero significado.
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“Un elemento muy importante en la festividad de la Navidad viene a ser el pesebre, que no es un artículo de decoración. No debe formar parte del adorno navideño. El pesebre representa y nos recuerda la manifestación divina de la llegada de Jesús, es un santuario del amor de Dios para con la humanidad y debe ocupar el lugar más importante de la casa, debe ser el centro del acontecimiento. Se complementaría el sentido de la Navidad si en la Nochebuena las familias reunidas pudieran elevar una oración antes de la cena en torno al pesebre o rezar el Santo Rosario”, manifestó.
Recuperar el sentido de la Navidad
En este sentido, el sacerdote habló sobre la importancia de participar de la misa de Nochebuena.
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“Solo podremos recuperar el sentido de la Navidad con la oración, es decir, volviendo a rezar. El ser humano tiene una necesidad espiritual, religiosa, y debemos volver a tomar en serio su relación con Dios. Toda la preparación de la Navidad debe ser en familia. Otro aspecto muy importante sería participar en la Santa Misa de Nochebuena, esto es fundamental en la vida cristiana. No hay Navidad sin Dios, nadie puede celebrar la Navidad sin Dios”, sostuvo.
Recuperar la Navidad en Familia
El padre Celestino insta a las familias, capillas y parroquias a organizar nuevamente la celebración de la Navidad en Familia, que consiste en la visita de casa en casa y reflexionar sobre las lecturas bíblicas y luego culminar esta actividad con el pesebre viviente.
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“Esto también forma parte de la preparación para la Navidad. Le digo a la gente que cree en Dios que tome en serio la cuestión y que vivan verdaderamente la Navidad y que la palabra de Dios se haga carne en cada uno de los creyentes. Que nuestras vidas se conviertan en bien, que Jesús nazca en la pobreza de nuestras vidas y así podamos ir transformándonos en otras personas y convertirnos en verdaderos hijos de Dios. Demos posada a Jesús, hagamos un espacio para Él en nuestro hogar y que la esperanza a partir de ahí siga firme”, finalizó.