El mundo bajo las drogas: Vender para sobrevivir y vivir para consumir

La venta de drogas ha penetrado en la sociedad paraguaya a tal punto que las autoridades lo definen como una amenaza para la salud pública. Abc Color habló con jóvenes adictos, vendedores y distribuidores que venden para sobrevivir y viven para consumir.

Los consumidores y vendedores tienen una cuestión en común, más allá de las drogas. Viven al límite.
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CAPITULO II

Depender de la droga

Vender para sobrevivir y vivir para consumir. Eso resumiría el circuito de la droga que ha penetrado cada estrato social del Paraguay. Silvio (nombre ficticio) es un joven adicto al crack que está cumpliendo su proceso de desintoxicación en el Centro de Adicciones de Asunción. Desgarbado, tiene la voz ronca y habla muy pausado, como midiendo todo lo que tiene que decir.

Hace unos cinco años que pelea con la adicción. “Empecé de muy joven y es algo que no puedo controlar. Yo no comía, no dormía, solamente lo que quería era la sustancia, sustancia y más sustancia” dice Silvio.

Es un día de lluvia y el Centro de Adicciones de Asunción funciona a tope. En sus pasillos, mucha gente recorre buscando hacer sus consultas o seguir sus tratamientos.

Están las madres. Están las esposas y esposos. Están los hijos y las hijas. Todos tienen los ojos abiertos que parecen no mirar nada. Pero están ahí, con la esperanza de que esa consulta puede traer algún tipo de alivio.

En uno de los asientos rotos, el familiar de un paciente deja ver un afiche, al costado de su termo y su guampa. Es un afiche que invita a sumarse al grupo “Narcóticos anónimos”, una organización que trabaja entre las personas adictas que tratan de alejarse de esta situación.

Para Robert (nombre ficticio) tampoco hay vida normal en estar dos o tres días sin comer y solamente buscar consumir crack. “Puedo caminar horas detrás de esa droga, solamente para consumir eso” dice.

“Yo quiero recuperarme. Esta droga te hace hacer cosas que ni jamás pensaste que podías hacer” dice un consumidor y vendedor que accedió a hablar con ABC Color bajo dos simples condiciones; resguardar su nombre y no preguntar qué tipo de cosas hizo bajo los efectos de la droga.

La vida de este joven cambió hace unos cinco años. “Probé como quien dice por liga. Empecé con marihuana y ahora le bajo crack, pero quiero dejar. Porque entiendo que esto me hace mal realmente” dice.

Yo andaba por la calle. Mucho me jugaron también. Y en esa época fue que conocí la droga. Fumaba marihuana y después crack. Gracias a mi hermana vine acá y estoy buscando salir de esto” dice en guaraní, un joven que está en el hogar Ñemity, de San Lorenzo, que está a cargo del Ministerio de la Niñez y Adolescencia.

Este proceso no ha sido fácil para este adolescente. Dice que ahora, gracias a la motivación que le da su hermana, buscará la forma de salir adelante y no caer de vuelta en las drogas. Vino del interior del país en el 2015, cuando era muy joven y empezó a trabajar por las calles de Asunción.

En Ñemity, un hogar que atiende a niños, niñas y adolescentes en situación de calle, uno de los elementos comunes es la adicción.

La mamá de un adicto que actualmente está en Brasil haciendo su rehabilitación, cuenta a ABC que la situación fue durísima para toda la familia, pero principalmente para su hijo, cuando se dio cuenta de cómo estaba.

“En pequeños momentos de lucidez que él tenía, recuerdo un episodio que una vez estaba sano y se miró al espejo, y vio cómo estaba. Lo deteriorado que estaba su cuerpo y se tiró al piso al llorar. Yo me tiré a llorar con él. No podía más” dice la mujer.

El padre del joven dice que la situación llegó a momentos angustiantes, porque había días que no sabían dónde estaba su hijo “Él empezó con las drogas con apenas 13 años” recuerda el papá. Dice que arrancó con la marihuana, pero que a partir de los 18 años ya empezó con drogas mucho más potentes.

Manuel (nombre ficticio) tiene 40 años y es, del grupo de adictos y consumidores, el que tiene más experiencia. “Llevo más de 20 años en el mundo de la droga. Te puedo asegurar que esto le hace mal a la sociedad, menos a los que venden” dice Manuel.

Recuerda que en su época de iniciación, conseguir apenas un “fino” de marihuana podría volverse un trabajo complicado, pero que hoy todo se simplificó por la cantidad de vendedores que hay. “Esto te pega. Y ahora vos ves que hay de todo, desde niños, que no solamente consumen, sino que venden” dice.

Consumidores y vendedores.

Es como que hay un patrón no establecido en esto del consumo de drogas adictivas. Los que han participado de este reportaje señalaron que empezaron fumando marihuana y luego fueron a drogas mucho más adictivas.

Identificados 17 tipos de drogas

Alejandra Maidana, encargada del laboratorio del Centro de Adicciones, dice que actualmente ya llevan identificados 17 tipos de drogas que se consumen actualmente.

Los adictos salen a las calles de Asunción y de otras ciudades del departamento Central en busca de algún dinero que pueda servirles para comprar sus drogas.

Entre las drogas más solicitadas están el crack y la cocaína, aunque Maidana menciona que ya tienen casos de personas adictas al fentanilo. Se trata de una droga de uso médico que tiene efectos devastadores si se consume sin control.

“El tema del fentanilo es que es una droga 100 veces más fuerte que la morfina. Actúa sobre los receptores del sistema nervioso, que hacen que las personas que empiecen a consumir, hagan que cada vez quieren más y más” expone de manera muy sencilla la bioquímica Carmen Troche, del laboratorio forense toxicológico del Centro de Adicciones.

“Ya no puede llevar una vida normal” asegura Troche.

Negocio perverso

Francisco Ayala, de la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD), califica al microtráfico como un negocio “perverso”. “El Microtráfico es la instancia que nosotros consideramos de base, porque es la que lleva las sustancias a manos de los consumidores” dice Ayala.

Por las calles urbanas de Asunción y Central se pueden ver una cantidad creciente de adictos.

El funcionario de la SENAD menciona que uno de los problemas que van estrechamente vinculados con el tema de la adicción son los casos de asaltos.

“Es un proceso que va degradando a la persona” dice Ayala y menciona que los primeros robos que comete un adicto tiene que ver con la necesidad de comprar la sustancia para calmar las ansias que tiene. Esa dependencia.

“Yo llegué a robarle a mi mamá varias veces. A mis hermanas. Ya no quiero hacer eso, por eso estoy ahora acá, tratando de rehabilitarme” dice Silvio.

Para Robert, el tema del consumo pasa por la fuerte dependencia que uno tiene de las drogas y que eso, como que va evolucionando o buscando alguna droga más potente.

Para la ministra de la Niñez y Adolescencia, Teresa Martínez, el consumo de drogas en la población tiene que ser atendido como una amenaza a la salud pública, por el avance que está teniendo, en todos los niveles sociales.

“Yo vivía por las calles. Perdí mi trabajo a mi pareja. No hay forma de que nadie te aguante así. Ahora ya llevo 15 días limpio, es decir, sin consumir y me siento muy bien” dice Silvio.

La invitación para los que buscan ayuda en un asiento del Centro de Adicciones.

Asegura que su objetivo es lograr que su familia pueda estar orgullosa de él, porque dice que ya sufrió demasiado por su situación.

Para Joel (nombre ficticio) lo suyo es la venta de cocaína. “Yo mantengo a mi familia con esto” asegura. Agrega que, a su criterio, lo que está pasando será imposible de controlar a estas alturas.

Robert dice que intentará salir de la adicción. A diferencia de Silvio, él no sigue tratamiento alguno. “Te deja en otro mundo muchas veces y realmente yo quiero estar bien” asegura.

El doctor Manuel Fresco, director del centro de adicciones, dice que las drogas de “abuso” como se denomina, son aquellas que afectan el sistema nervioso central. Y el efecto final es una sumatoria, que tiene que ver con el tipo de sustancia que la persona consume y su personalidad.

“Yo suelo decir que es como la borrachera, que algunos le da como que se ríe, se pone contento, a otros le da el famoso ka’u argel, a otros les hace dormir. Muchas veces, depende más de la personalidad de la persona” expone el profesional.

Para Fresco, sin embargo, la adicción a las drogas es una enfermedad crónica, como la diabetes, la hipertensión, que no se cura. Y la recuperación significa que la persona adicta, logra controlar y mantenerse en estado de abstinencia por algún tiempo.

“Yo vivía por las calles. Perdí mi trabajo, perdí a mi pareja. No hay forma de que nadie te pueda aguantar así. Ahora ya llevo 15 días limpio, es decir, sin consumir, y me siento muy bien” dice Silvio.

Asegura que su objetivo es volver a recuperar su puesto laboral y hacer que su familia pueda estar orgullosa de él, porque hasta ahora, su gente cree que él puede recuperar su vida.

Robert, a su vez, cree que es difícil salir pero que lo va a intentar. A diferencia de Silvio, él no sigue ningún tratamiento. “Te deja en otro mundo muchas veces esto y realmente, yo quiero estar bien, ya no quiero depender de esto” asegura.

- ¿Cómo te ves dentro de diez años?

Y ojalá vivo, con hijos y una familia.

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