El fray Édgar Toledo inició su homilía, en el octavo día el novenario a la Virgen de Caacupé, expresando que todos los que venimos al santuario traemos muchas cosas en el corazón, gozos, tristezas y alegrías. En este marco de la celebración, la Iglesia invita a reflexionar.
Indicó que estos días se han reflexionado diversos aspectos del laico y explicó que todos debemos ser conscientes de que somos miembros importantes, porque no hay miembro de clase vip ni clase de segunda en la Iglesia, “todos somos iguales”, expresó.
Señaló que Paraguay necesita conversión, necesita un cambio. Así también se refirió a la justicia y dijo; “Solo Dios es justo, porque la Iglesia es pueblo de Dios”.
Resaltó que todos somos importantes y que no debemos pensar que hay alguna diferencia entre laicos y religiosos. Son muchos los cristianos católicos en el Paraguay.
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La fe se debe notar
El fray mencionó que la fe no se nota. Expresó que muchos solo en la época de la festividad de la Virgen se muestran con fe, pero luego ya no.
La fe se tiene que notar en todos los aspectos de la vida, como por ejemplo a la hora de votar y a la hora de erradicar todo tipo de violencia, afirmó.
Pidió además que la gente se involucre más en el discernimiento de la Iglesia, sentirse miembro es sentirse importante, manifestó.
Resaltó que Caacupé es un ejemplo de fe de fieles que buscan una meta y dijo que así debemos seguir. Así también, se refirió a los problemas políticos actuales, exhortó a la población a que sepa elegir y votar en las próximas elecciones.
“Todos debemos involucrarnos, estamos en puertas de las elecciones, no dedemos pelearnos por color y elegir lo mismo de siempre”, indicó.
Instó a la población a que busque el bien común. “Hermanos y hermanas, es hora de levantarse y a caminar como paraguayos y paraguayas, caminemos juntos hacia un país mejor, hacia una Iglesia de conversión”, puntualizó.