Las fiscalas Fátima Villasboa y Claudia Aguilera, además de peritos del Ministerio Público, representantes del Juzgado de Luque, policías y otros, participaron de la reconstrucción del hecho, presunto homicidio doloso ocurrido el 5 de agosto de este año en Luque. En el caso resultó víctima fatal Juan Pablo Meza González, de 34 años, quien contaba con prisión domiciliaria y prohibición de salida del país.
Murió tras recibir dos disparos en el tórax, a corta distancia, con supuestos perdigones de goma efectuados por el policía Héctor Celino Sánchez, imputado por homicidio doloso y quien habría utilizado su arma reglamentaria tipo escopeta calibre 12 mm.
El hecho presuntamente ocurrió durante un procedimiento policial, versión negada por la familia de Juan Meza.
Además de la reconstrucción del caso, se realizó la declaración testifical de Lizza González, expareja de Meza González, testigo clave, así como también la pericia balística.
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“Se entregaron los indicios levantados la noche de los hechos para la pericia balística y se llevó a cabo la reconstrucción de los hechos. En todo momento la testigo presencial sostuvo que la víctima no portaba arma blanca y que el oficial Sánchez le disparó a corta distancia y a matar”, dijo la fiscala Villasboa.
Coima para liberar a reo
Por otro lado, el uniformado Rubén González fue imputado por cohecho pasivo agravado, ya que según Ceferina Meza, hermana de la víctima, denunció que el procedimiento en el que mataron a su hermano fue irregular. Aseguró que no hubo persecución policial como hicieron constar los intervinientes en el acta policial.
Además, señala que donde ocurrió el hecho no es jurisdicción de la Comisaría 53ª, donde cumplen funciones los policías implicados.
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Agregó que días previos a lo acontecido, específicamente el 2 de agosto, mediante una llamada telefónica le fue comunicado que su hermano Juan Pablo se encontraba privado de libertad en el calabozo de la dependencia policial mencionada y que los agentes del lugar le habrían solicitado dinero a cambio de liberar al joven.
Entonces, Ceferina fue a la comisaría para hacer entrega de la suma de G. 500.000 a Rubén González, pero habría rechazado el dinero y pedido más.
“Ya que eran varios policías”, dijo Ceferina, por lo que nuevamente fue al puesto policial y entregó esta vez G. 800.000 a González, quien aceptó el dinero y luego liberó a Juan Pablo.
“La testigo sostuvo que el policía González pidió plata días antes a la hermana del fallecido para liberarle cuando estaba recluido en el calabozo”, manifestó la agente del Ministerio Público quien agregó que “no se justifica el accionar policial”.
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Llamativamente, la supuesta aprehensión no fue comunicada al Ministerio Público.
Versión de los policías implicados
En el acta del procedimiento los intervinientes informan que Juan Pablo Meza González huyó y tras ser alcanzado atacó a uno de los uniformados con un arma blanca, tipo cuchillo, por lo que tuvieron que recurrir a los disparos. Familiares y testigo de la víctima sostienen que no hubo persecución.
El policía Héctor Celino Sánchez junto a otros agentes policiales identificados como el suboficial inspector Rubén González y el suboficial ayudante Carlos Vega se encontraban a bordo de una patrullera asignada a la Comisaría 53ª Central, lugar donde prestaban servicio los mencionados.
Los agentes se encontraban “patrullando” sobre la calle Las Mercedes de la segunda compañía de Luque, momento en que Juan Pablo Meza se encontraba en compañía de Lizza González, conversando con otras dos personas en una plaza pública.
La patrullera se dirigió directamente hacia los mismos y los policías descendieron de la patrullera e intentaron atajar a Meza González, por lo que corrió y a unos metros fue alcanzado por Carlos Vega.
El oficial González abordó nuevamente el vehículo policial como conductor y Sánchez como acompañante y lograron alcanzar a Vega, de acuerdo al informe. Luego se produjo un forcejeo entre Vega y Meza, momento en que descendió de la patrullera el oficial Sánchez, quien también forcejeó con Meza proporcionándole patadas para después desenfundar el arma que portaba y lo disparó a corta distancia en la zona del tórax, según el relato.
Los policías alzaron a la víctima a la patrullera y lo llevaron hasta el Hospital Distrital de San Lorenzo, donde horas después se confirmó su deceso.
Según la versión de los uniformados, durante el forcejeo Meza González habría herido con un arma blanca al agente Vega, versión desmentida por la testigo.