El aumento de asesinatos de periodistas, la intensificación de prácticas de persecución y criminalización judicial, que desembocan en detenciones y exilios de periodistas del continente, son la evidencia del retroceso de la libertad de prensa que se da en las Américas, según indica la conclusión a la que llegó la Asamblea General de la SIP.
Señalan que los 25 periodistas asesinados en los últimos seis meses fueron los hechos que generaron mayor condena e indignación a los más de 200 editores de medios que asistieron al evento. Incluso la cifra aumentaría a 40, considerando el periodo desde la última asamblea, realizada en octubre del 2021.
Entre las regiones con mayor cantidad de víctimas, figura México, con 11 periodistas y trabajadores de medios asesinados desde abril último. Paraguay también figura en la lista, registrando el asesinato de Humberto Coronel en el mismo periodo.
La asamblea exhortó a gobiernos y autoridades a que asignen prioridad a las investigaciones que permitan capturar a los culpables de los asesinatos de periodistas en la región, e instó a promover medidas que garanticen la protección del personal de prensa. En ese sentido, Ecuador y Paraguay están creando sistemas de protección para periodistas, que se sumarán a los de Brasil, Colombia, Honduras y México.
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Otra forma de censura: intimidación y criminalización judicial a periodistas
Indican también que no solo mediante el asesinato se intenta silenciar las voces de una prensa libre que investiga, denuncia y cuestiona. En este período, la persecución mediante intimidaciones y la criminalización judicial ha llevado al exilio a 29 periodistas y 15 a prisión.
Desde esta asamblea se reclamó a las plataformas digitales que remuneren a los medios en forma justa, razonable y equitativa por el uso de los contenidos noticiosos que distribuyen y monetizan.Una prensa libre fortalece la democracia, dice embajador
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Concluyen que todos estos factores constituyen hoy una mezcla de elementos que debilitan las democracias de las Américas, una región que hoy más que nunca necesita de un periodismo fortalecido y protegido por la sociedad.