La guerrilla conocida como Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC) tiene sus orígenes en Colombia, entre 1948 y 1953, en el marco de una serie de conflictos civiles entre los partidos Conservador y Liberal que dejaron al país en una escenario de inestabilidad política.
FARC inició en Tolima, una zona campesina donde hubo conflictos y los agricultores se llamaron a la autodefensa. Su auge llegó en el 2008 y se estima que llegó a contar con unos 35.000 miembros. Entre sus fundadores están Manuel Marulanda Vélez y Jacobo Arenas.
Su base ideológica fue el marxismo-leninismo y se definieron como un grupo de extrema izquierda. Fue designada como terrorista por los Estados Unidos.
Al respecto, el investigador y sociólogo Carlos Peris explicó que FARC inició cuando Colombia atravesaba un momento político muy débil y existían “zonas liberadas” de muy difícil penetración por parte de las autoridades colombianas.
Recordó que la guerrilla inició con un discurso “reivindicatorio” en virtud de una sociedad más justa pero luego fue mutando en un grupo criminal.
En la década de los 80′s grupos paramilitares y bandas narcotraficantes se sumaron al conflicto de los guerrilleros contra el Estado colombiano.
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“Los últimos años de la FARC activa era tráfico de cocaína, plantación de coca y grandes secuestros”, precisó.
A FARC se le atribuye numerosos delitos y crímenes entre ellos 70.000 víctimas de violencia sexual, desaparición forzada, homicidios, minas antipersonas y reclutamiento forzoso en las filas de la guerrilla y por paramilitares.
FARC a partir del año 2000 tuvo un proceso de internalización en la cual en la lógica de plantación, producción y exportación de cocaína, expandieron sus “lazos” a territorios aledaños, como Ecuador y Venezuela, también en Bolivia y México y también FARC.
FARC y el proceso de paz
En 2016 se firmó el “Acuerdo sobre Cese al Fuego y de Hostilidades Bilateral y Definitivo y Dejación de las Armas entre el Gobierno Nacional y las FARC”. Las negociaciones para la firma del documento duraron cuatro años y se dieron durante el gobierno Juan Manuel Santos y la guerrilla, entonces liderada por Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”.
La cartilla del “acuerdo de paz” publicada por la Cancillería de Colombia menciona que: “Luego de más de cincuenta años de conflicto armado con las FARC, el Acuerdo de Paz pone fin a la violencia con esa guerrilla, la más grande en Colombia. El Acuerdo busca impedir que haya más víctimas y concentrar todos los esfuerzos en construir una paz estable y duradera”.
La Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia mencionan que hasta 2020 se han desmovilizado 13.394 miembros de las FARC, 10.293 hombres y 3.101 mujeres.
De igual forma, existen varios miembros de FARC que no están se acoplaron al acuerdo de paz y siguen fuera de la ley. Estos son conocidos como los disidentes de FARC.
FARC y sus vínculos con Paraguay
Conforme a reportes de la prensa local y también de informes fiscales, miembros de FARC fueron quienes instruyeron a los autores del secuestro de Cecilia Cubas para perpetrar el crimen.
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Existen datos que sostienen que los guerrilleros monitorearon el secuestro desde Colombia.
Peris, mencionó que conforme a informes varios en 2010 se manejaba la hipótesis de que existían vínculos entre FARC y el EPP. Según dijo, esta teoría se dio debido a que el EPP aspiraba a tener el mismo progreso histórico que tuvo la guerrilla colombiana: Ausencia de Estado, control de un territorio, legitimación de la ciudadanía dentro de ese territorio de influencia y diversificación del crimen.
Tráfico de cocaína vínculo actual de Paraguay con FARC
Peris también comentó que en la actualidad, la facción ilícita de FARC sigue dentro del negocio de la cocaína y eso lo relaciona con Paraguay por dos aspectos importantes:
Paraguay es un centro de lavado de dinero y en gran medida grupos trasnacionales -como FARC y el PCC- encuentran que el dinero “sucio” que generan pueden traer a nuestro país y “lavarlo”.
En segundo aspecto a tener en cuenta es que desde 2016 Paraguay empieza a emerger en la “cocainización”, es decir, deja de ser un país de tránsito y se empiezan a montar los laboratorios clandestinos.
“Paraguay se convirtió en un centro que atrae criminales por el lavado de dinero”, sostuvo.