Paseos destruidos, esculturas mutiladas, restos de cloaca y gran cantidad de basura quedaron tras el desalojo total de grupos oportunistas que invadieron las tres plazas del centro histórico.
La imagen es desoladora. Se procedió al desalojo porque que se debía maquillar en algo el centro ante el inminente inicio de los juegos de Odesur. ¿Por qué antes no?, es la gran pregunta. Esta privación de bienes a la ciudadanía tiene varios cómplices: la Municipalidad, la Secretaría de Emergencia Nacional y la Secretaría Nacional de Cultura. Todas estas instituciones son responsables de esta destrucción. Fueron incapaces de sacar de esas plazas a estos invasores. Incluso les entregaban chapas y hasta alimentos, atropellando el derecho de los asuncenos de disfrutar de esos espacios.
Ahora es intensa la actividad en el lugar. Cuadrillas de policías, militares y funcionarios municipales están procediendo a retirar la roña que quedó. Ya no tendrán tiempo para ponerlas en condiciones para el sábado, pero se logró sacar a los invasores.
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Estas personas nunca debieron entrar a esas plazas. Ojalá sea la última invasión, que nunca más aparezcan políticos, intendentes o concejales que alienten la invasión de los espacios destinados a la ciudadanía.
¿Quién pagará esta terrible destrucción? Y la respuesta está cantada: los contribuyentes, mientras el intendente “Nenecho” Rodríguez está por Miami y los funcionarios de la Secretaría de Cultura calentando sus sillas.
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Asunción debió mostrar una mejor imagen, pero ante la improvisación y la desidia de sus autoridades, hoy no tiene más alternativa que exponer su peor cara.