La carencia de fármacos golpea fuerte y regularmente a los pacientes enfermos de cáncer que son tratados en el Instituto Nacional del Cáncer (Incan), que se ven obligados hasta a suspender sus tratamientos por la falta crónica de medicinas de muy elevados costos.
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La periodicidad de la medicación impide que los paciente paguen de su bolsillo las drogas que requieren. En la mayoría de los casos, los enfermos compran sus medicinas de Clorinda, ciudad fronteriza de Argentina, donde el costo de un fármaco puede ser hasta cinco veces menos que en nuestro país.
Según denuncian los pacientes del Incan, desde hace semanas el nosocomio no dispone de la droga fulvestram, un medicamento que se emplea para el tratamiento del cáncer de mama.
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“Somos muchos los pacientes que utilizamos esa medicina, pero el Incan no nos provee de la droga. Tampoco es fácil comprar porque es muy caro”, denunció a ABC una paciente del establecimiento de salud, que pidió no ser identificada públicamente.
Elevado costo del medicamento obliga a suspender tratamientos
Conforme indicó la denunciante, el citado medicamento cuesta alrededor de G. 2 millones y se aplica cada 15 días.
“El costo ronda entre G. 1.800.000 a G. 2.200.000 por caja, que solo tiene dos ampollas y ambas se aplica en una sola sesión”, lamentó la paciente.
La carencia de esta droga fue confirmada a ABC por la Asociación de Pacientes con Cáncer y Familiares (Apacfa). Según explicaron, el Fulvestram es para las personas que están con metástasis de huesos, generalmente relacionadas al cáncer de mama.
Incan ya dispone de enzalutamida
Mirna Amarilla, secretaria de Apacfa, comentó que luego de haber esperado por 6 meses, finalmente el Instituto Nacional del Cáncer ya dispone de la droga enzalutamida, utilizada para el tratamiento del cáncer de próstata avanzado, en el cual existen metástasis.
Esta medicina tiene un altísimo costo, imposible de pagar por los pacientes del Incan. Cada caja de 112 cápsulas blandas tiene un precio que ronda los G. 44 millones.
ABC intentó conversar con David Alcaraz, de la Unidad Operativa de Contrataciones del Incan, pero no respondió las llamadas ni mensajes de texto que le fueron enviados.