Corrupción y un millonario negociado son la base del conflicto de tierras desatadas en la colonia Tape Yke, en el distrito de Itakyry, departamento de Alto Paraná. El reclamo por una propiedad inexistente generó el ataque a una familia, en un caso que estuvo a punto de terminar en muertes.
Superposición que no es
La comunidad Ka’a Poty reclama la propiedad de unas tierras cuyo título no existe. Así se desprende de documentos del Indi y el Indert, a los que tuvo acceso ABC Color.
Los miembros de la misma, apoyados por políticos y oenegés, sostienen que el título que tienen a mano los reconoce como propietarios de dos fincas que conforman la denominada colonia Tape Yke.
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Sin embargo, los documentos revelan que no es así. Tape Yke está conformada por las fincas N° 12 y 13 de Itakyry. Las mismas fueron sometidas a una mensura judicial que reveló que ambas alcanzan una superficie total de 433 hectáreas.
Las dos fincas fueron adquiridas por el entonces Instituto de Bienes Rural (IBR - hoy Indert) en 1994 a un hombre llamado Bautista Lozio. Posteriormente, las tierras se dividieron en 37 loteamientos, 35 de las cuales ya tienen títulos finiquitados.
La colonia Tape Yke tiene como límite natural al sur al río Acaray. Este es un punto trascendental en el relato.
El título de propiedad entregado por el Indi a la comunidad Ka’a Poty se originó supuestamente tras el fraccionamiento de la Finca 21.720 de Hernandarias, de la cual se desprendería después la Finca 1.628 de Itakyry.
La propiedad original tenía una superficie de más de 2.000 hectáreas. De ese total, 635 hectáreas fueron vendidas a La Industrial Paraguaya SA (LIPSA) –nombre que se repite en varios conflictos de tierras en zonas de Canindeyú y Alto Paraná– que siguen figurando como parte del distrito de Hernandarias.
La superficie restante, unas 1364 hectáreas pasaron a formar parte de Itakyry y quedaron en mano de Atilio y Juan Piraino. Esa propiedad luego fue vendida a Lorenzo Mario Pastor D’Ecclesiis.
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D’Ecclesiis es quien aparece como vendedor de la propiedad al Indi, en una compra realizada en 1996 por unos G. 818 millones, según los documentos.
Título falso y negociado
Según los documentos de la venta de las tierras al Indi, la propiedad entregada por D’Ecclesiis tenía como límite al norte al río Acaray (ver facsímil más arriba).
Es decir, mientras la colonia Tape Yke tiene como límite natural al río Acaray en la zona sur, las tierras que compró el Indi tiene como límite natural al mismo cauce hídrico, pero al norte.
Supuestamente, son propiedades vecinas, por decir de alguna forma, pero separadas por el Acaray.
Sin embargo, en este punto es donde surge otra incongruencia en los documentos de las tierras vendidas al Indi: es imposible ubicar las tierras descritas en el papel sobre el polígono del que supuestamente se desprenden.
Es decir, si se toma el plano de las tierras que vendieron al Indi y se pone sobre el plano de la propiedad original, resulta imposible que las mismas tengan las características descritas en el papel.
Esto revela que es un caso más de títulos falsos. De acuerdo a lo que publicó ABC Color en 2004, en ese entonces Paraguay tenía registrados inmuebles que totalizaban una extensión de 550.000 kilómetros cuadrados, aunque la superficie oficial del país es de 406.752 km2.
Denuncias
Las tierras reclamadas por la comunidad Ka’a Poty en la colonia Tape Yke forman parte de las tres compras “fantasmas” hechas en Alto Paraná, Canindeyú e Itapúa por más de G. 2.000 millones por el Indi entre los años 1995 y 1996, cuando la administración estaba a cargo de Valentín Gamarra (ANR). Este fue condenado a 7 años de cárcel en el 2005 por esos casos, debido a desvíos de fondos y sobrefacturación.