La maniobra Heimlich es una técnica de primeros auxilios que se usa para expulsar un objeto que está obstruyendo la garganta, como lo puede ser un pedazo de comida o también algún elemento que los pequeños pueden llevar a la boca y tragarlos, provocando así una asfixia.
Un atragantamiento puede llegar a provocar la muerte -como ocurrió en nuestro país reiteradas veces- y también como se vio en este reciente caso de un niño que falleció en el departamento de Caazapá tras atragantarse con un chupetín.
Teniendo esto en cuenta, podemos ver en este video realizado por el doctor Juanse Rodríguez -quien en su canal de YouTube (Juanse Rodríguez MD) comparte una serie de videos médicos- esta maniobra se aplica de distintas maneras, variando cuando se trata de un bebé, niño o adulto.
Al respecto, el Dr. Hernán Bolo, médico pediatra, resaltó que en el caso de los bebés la técnica presenta mayor variación, ya que se debe apoyar boca abajo al pequeño sobre el brazo de la persona que realizará la maniobra, dándole pequeños golpes en la espalda, hasta que llegue a expulsar lo atascado.
“Puede pasar más en los bebés lactantes cuando van aprendiendo a comer, se pueden atragantar con trozos grandes de comida”, detalló.
Asimismo, Bolo refirió que en niños de aproximadamente tres años -dependiendo también de su tamaño- ya se puede ir aplicando la técnica tradicional, que implica la compresión en la zona donde terminan las costillas, abajo del esternón, apretando “algo brusco” con los brazos.
Continuando, el profesional aseguró que la maniobra “es rápida”, por lo que al realizarla correctamente, con cinco repeticiones o compresiones se debería tener un resultado, mientras que en un caso contrario, la persona que sufre la asfixia debe ser trasladada inmediatamente a un hospital.
“Lo más importante es que uno se eduque porque como país estamos atrasados en ese aspecto. En otros países esto se aprende en las escuelas o los colegios y entre compañeritos llegan a aplicar, por eso es muy importante incentivar”, apuntó.
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Diferencias con una convulsión
Por otra parte, ante la posibilidad de confundir un caso de asfixia con convulsiones, el doctor José Fusillo, neumólogo, explicó que se debe tener en cuenta la coloración de la piel de la persona, ya que si se va tornando más oscura, es un signo característico de atragantamiento, una condición que también se presenta muy rápidamente.
También, tras atragantarse, una persona presentaría una mayor salivación y no podría llorar o gritar ante la obstrucción.
Con esto, Fusillo precisó que en caso de convulsiones, se debería “lateralizar” la cabeza ante la probabilidad de vómitos o para evitar que la lengua vaya hacia atrás.
Finalmente, ambos doctores -Fusillo y Bolo- indicaron que si un bebé o niño pequeño sufrió un atragantamiento, incluso si expulsaron el objeto mediante la maniobra, es recomendable que sean trasladados a un hospital para una observación.
En caso de adolescentes o adultos, si el objeto llegó a ser expulsado y no presenta alguna alteración en su estado de salud, ya no sería necesario un traslado a un centro asistencial.
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