La Policía Nacional se encuentra de nuevo en la mira por un nuevo caso de “gatillo fácil” en que agentes de Ciudad del Este que buscaban a los asesinos de uno de sus camaradas mataron a un hombre de 27 años de edad sin aparente relación con el caso.
Se trata de solo uno de múltiples casos en que agentes policiales han herido gravemente o asesinado a personas de forma injustificada en los últimos dos años.
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El pasado 10 de julio se reportó un confuso incidente en que un hombre de 22 años de edad identificado como Amalio Salomón Mesa fue herido por un disparo de escopeta en una estación de servicios en la zona de Itá Enramada, en el límite entre Asunción y Lambaré. El herido afirmó que un agente de la Policía fue el autor del disparo.
El hecho está bajo investigación interna del Ministerio Público y está siendo indagado de forma paralela por el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura.
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Unos meses antes, el 3 de abril, un agente de policía de Canindeyú identificado como Víctor Meza hirió mortalmente a un adolescente de 14 años de edad que, de acuerdo a la Policía, se resistió a un intento de aprehensión por presuntamente estar participando de carreras clandestinas de motocicletas, obligando al interviniente a realizar disparos intimidatorios.
Sin embargo, los investigadores creen que el disparo que mató al menor de edad no fue intimidatorio sino apuntado directamente hacia los motociclistas. El uniformado que efectuó el disparo fue imputado por homicidio doloso por el fiscal Meiji Udagawa.
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En agosto de 2021, en Ciudad del Este, un agente de la Policía fue imputado por homicidio doloso y omisión de auxilio luego de realizar disparos durante una persecución vehicular para intentar detener un vehículo que atropelló una barrera policial. Uno de los disparos alcanzó a un hombre que se encontraba sentado en la vereda.
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El 3 de noviembre de 2020, agentes del Grupo Lince de la Policía Nacional realizaron un operativo en el barrio Ricardo Brugada (Chacarita) de Asunción en que una niña de 7 años de edad recibió una herida de refilón en una pierna.
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Y en mayo de ese año, en San Lorenzo, un niño de 7 años que viajaba en un automóvil fue herido por tres disparos de arma de fuego efectuados por policías que persiguieron el vehículo luego de que el padre del menor eludiera una barrera policial. El niño fue hospitalizado en terapia intensiva y logró recuperarse.
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