Rosa Amarilla, artesana en cestería, manifestó que “todo empezó desde que eran muy pequeñas”, con lo que indicó que en la zona en donde viven -la compañía de Caacupemí de la ciudad de Atyrá-, los habitantes en su mayoría se dedican al arte en cestería. Ya cuando eran pequeñas, jugaban a realizar canastos y venderlos entre ellas, recordó la mujer.
Conforme pasaba el tiempo, ellas fueron perfeccionándose como profesionales y hoy en día ya realizan trabajos para otros emprendedores. Rosa y Marta son hermanas, juntas con su prima María Isabel, crecieron como familia y también como emprendedoras.
“Siento un amor inexplicable por mi hermana y también por mi prima, ella estuvo conmigo siempre, en las buenas y las malas”, mencionó, recordando a la vez que María Isabel “nunca las dejaba solas”.
Además, la emprendedora aseguró que el arte en cestería unió a las trabajadoras y a las familias de la comunidad, por lo que también mediante una dedicación, el respeto y las ganas de salir adelante, se fortaleció la amistad entre ellas, llegando así hasta ahora, celebrando 48 años.
“Cada una empezó a hacer sus vidas pero un día nos juntamos para realizar la artesanía en cestería. Primero fue solo un hobby”, señaló. También esto fue una motivación para conformar una asociación que agrupe a más trabajadoras, tratándose del “Comité de Artesanía Oñondivepa”.
Incluso recordó cuando tuvieron su primera exposición, reiterando que fue una experiencia que nunca olvidará y que rememora siempre con alegría.
Finalmente, Amarilla expresó: “Demuestren en vida a sus amigos y seres queridos que los quieren. Sean siempre amables”.
Lea más: Arapaje Atyrápe feria de emprendedores en Atyrá, es un éxito en su segunda edición
Por su parte Marta Amarilla, afirmó que los 48 años de amistad se fortalecen con el amor que tienen en común, por lo que que “es muy importante contar con buenas amigas en este mundo”, citando que una amistad perdura con la existencia del respeto y confianza.
Asimismo, destacó la unión y buena voluntad que tienen entre las compañeras, porque siempre que alguna necesita de ayuda, realizan colaboraciones e unidas solucionan cualquier inconveniente.
“Tener un buen amigo es sentirse seguro”, dijo, por lo que destacó que una de las experiencias más memorables que tuvieron fue cuando participaron por primera vez en el “Arapaje de Atyrá”, porque ese evento implicó una de las exposiciones más grandes y lograron muy buenas ventas en el lugar.
“Tenemos una infinidad de anécdotas, pero los buenos momentos son los que siempre recordamos con mayor satisfacción”, subrayó.
Lea más: Feria de Ka'acupé será el fin de semana
Por su parte, María Isabel Amarilla, afirma que se encuentra muy contenta de formar parte del comité, por lo que también le emociona recordar en estas fechas de la amistad todo lo que ya vivieron juntas.
Con esto, María Isabel manifestó que vienen de una familia muy trabajadora, mientras que su abuela y sus tías le habían inculcado las técnicas de artesanía con la intención de ir extendiendo la tradición.
Entre sus memorias más bonitas, encantada la mujer recuerda esos años en los que iban empezando en la artesanía.
“Cuando éramos niñas, vendíamos los canastitos y pagábamos con hojas de árboles, esa era nuestra plata”, sonrió ante su recuerdo.
La emprendedora recomendó a los jóvenes a que tengan más grupos de trabajo, ya sean de arte o de cualquier actividad que les apasione, porque eso los ayudaría a impulsarse en lo que deseen hacer en sus respectivas vidas.
“Es muy importante contar con una buena amistad que sea basada en seguir los sueños, en trabajar en unión para crecer, tener confianza, y por supuesto ser leal. No hay mayor secreto que ese, hay que tener lealtad y respeto por el prójimo”, instó.
Lea más: Cestería Toba Qom: entramado de la palma y la totora
Finalizando mencionó que el grupo de “Comité Oñondivepa” es un claro ejemplo de que una amistad crece y se fortalece con los años, por lo que perdura cuando hay respeto mutuo, generosidad, unidad y mucho amor.
Lea más: Día de la amistad, donde celebrar