“Vamping” se denomina al fenómeno por el que el sueño de las personas se ve afectado por el uso de pantallas de equipos electrónicos, como celulares y tablets. Esto actualmente afecta a varios niños y adolescentes principalmente a los que asisten a clases en horas de la mañana. Para muchos de ellos el timbre de entrada suena a las 7 o a las 7:30 am y llegan a las aulas habiendo conciliado el sueño casi al alba.
Miguel Gaspar, director de Ciberpadres Latinoamérica, hizo un hilo en su perfil de la red social Twitter, en el que habla de la preocupación que hoy agobia a padres, maestros, profesores, psicólogos y alumnos.
Menciona que una docente les confirmó que antes eran dos o tres niños los que llegaban con mucho sueño al aula, bostezando, sin poder prestar atención. Sin embargo, en estos últimos tiempos más de la mitad de los alumnos se pasa bostezando, relata Miguel Gaspar en su hilo.
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El director de Ciberpadres Latinoamérica afirma que “todos” se han percatado de la situación, pero nadie plantea una solución al respecto. Por eso, en la organización decidieron indagar y conversar en los talleres con niños y adolescentes sobre este tema.
A partir de las conversaciones que mantuvieron, pudieron deducir los siguientes puntos:
- Las actividades que mantienen despiertos a los niños tienen que ver con pantallas conectadas.
- Algunos se quedan conectados a la noche debido a la gran cantidad de tareas y por no saber dónde buscar información. Pero la gran mayoría pasa horas hablando con sus compañeros, mirando redes o jugando.
- Un número importante espera a que sus padres se duerman para volver a conectarse.
- Muchos alumnos tienen celulares que les prestan sus compañeros para hablar de noche.
- Casi el 100% de los chicos tienen los celulares liberados, con internet full y sin control parental.
- Los que tienen control parental encontraron la forma de saltárselo o tienen otros equipos.
- Algunos niños son obligados por sus abusadores bajo amenaza a atender su teléfono de noche.
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Todas estas situaciones, menos la última, corresponden a un fenómeno conocido como “vamping”, que se encuadra dentro de una problemática de salud digital y mental, y que debe ser atendido y discutido como sociedad, según el experto.
Por último, afirma que para optimizar el descanso, lo recomendable es no tener interacción con las pantallas hasta al menos dos horas antes de ir a dormir, por sobre todo en el caso de los niños, niñas y adolescentes. Agrega además que es importante recuperar el tiempo de calidad para descansar.
Cuando el descanso no es apropiado, la mente pasa la factura al cuerpo durante el día. Entonces sobreviene el cansancio físico y mental, el letargo y la incapacidad de concentrarse.