En el teatro del Centro Paraguayo Japonés (CPJ), el intendente de Asunción, Óscar “Nenecho” Rodríguez (ANR), brindó hoy su informe de gestión del 2021, en el que según él ha trabajado incansablemente por la ciudad y la ha mejorado.
Líderes vecinalistas acudieron al sitio con carteles de sus comisiones vecinales y escucharon atentamente las explicaciones del jefe comunal, sin embargo en el momento de “preguntas y respuestas” aprovecharon para reclamar a Rodríguez la falta de respuestas a sus necesidades.
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Las personas preguntaron a viva voz qué proyectos tienen para el barrio Jukyty, lo que las autoridades no pudieron responder debidamente y “tiraron la pelota” al Ministerio de Urbanismo Vivienda y Hábitat (MUVH).
Luego se les consultó a las autoridades municipales por qué no se realiza el desagüe pluvial en la zona de la Terminal de Ómnibus de Asunción. Rodríguez aseguró que ya existe un preproyecto en la Dirección de Obras. Sin embargo, los vecinos reclamaron que ese proyecto existe desde el 2010. “¿Tenemos fecha?”, le gritó desde el público Mariana Reyes, de la comisión vecinal Juasy’y, del barrio Terminal. Nenecho aceptó que se espera tener primero la financiación.
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Sonia Florentín representó a la comisión vecinal Cerro Guy del barrio Santa Librada. También acompañó a los reclamos de sus compañeros. Todos exigían la presencia de Rodríguez en sus barrios. Mostraron incluso biblioratos llenos de notas presentadas a la municipalidad pidiendo la limpieza de sus comunidades y el arreglo de calles o mantenimiento de sumideros. Ninguna fue respondida, aseguraron.
Lidia Leiva, vecinalista, alzó la voz y acusó al jefe comunal de digitar a las autoridades del consejo de coordinadoras de comisiones vecinales. Nenecho le respondió: “Lógicamente que la gente que trabaje conmigo tiene que ser digitada por el intendente”, aceptando la grave acusación de haberse infiltrado en las elecciones de autoridades vecinales, que deben ser totalmente independiente.
Luego, los hurreros presentes empezaron a gritar a los vecinalistas con ofensas y silbidos. Finalmente, una de las vecinas se retiró, alegando que no era un espacio para el diálogo ni para reclamos, solo para hacer loas a la Intendencia.