Magalí Fontana, una joven con fibrosis quística, una enfermedad crónica, es una de las postulantes que quedó excluida de las becas otorgadas por la Entidad Nacional Yacyretá y la Gobernación de Ñeembucú. La joven calificó esta situación de injusta, considerando que las personas que más necesitan de estas becas, no acceden a ellas.
Explicó que además de ella, son varios los que se ven obligados a viajar desde puntos alejados del departamento para acceder a una carrera universitaria.
Según los datos, más de 112 estudiantes fueron beneficiados con las becas por primera vez y quedaron afuera más de 400 postulantes.
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Viaja para tratamiento ante falta de capacitación
Magalí tiene fibrosis quística, una enfermedad crónica que no tiene cura, por la que se realiza tratamiento en Buenos Aires ante la imposibilidad de realizarlo en Paraguay. Para solventar sus viajes, recurre a constantes actividades para recaudar fondos y costear los gastos que requiere convivir con esta enfermedad.
“Imaginate si tengo que hacer eso por mi salud, ¿qué sería para mi estudio? Pero no quiero que me imposibilite esto de mi enfermedad estudiar también”, lamentó la joven, en conversación con ABC.
Magalí viaja dos o tres veces al año a Argentina para tratarse la fibrosis quística. Los medicamentos que necesita, como el tricasta, tienen un costo aproximado de G. 42 millones por caja, que trae 90 pastillas, que le duran un mes. Conseguir ese monto cada mes resulta complicado, pero también se dificulta conseguir el medicamento, aún con dinero en mano.
Además dijo que falta mucha capacitación para tratar la fibrosis quística. Agradece el trato que recibe por parte de los médicos de Paraguay, pero asegura que aún falta mucho con respecto a conocer la enfermedad en el país.
Adecuarse a lo “que te da el cuero”
Criticó además la falta de oportunidades para los jóvenes que buscan formarse en una carrera de educación superior.
Explicó que una persona de Ñeembucú que quiera seguir una carrera universitaria tiene que optar entre las carreras que ofrece la Universidad Nacional de Pilar, porque estudiar a otra universidad donde exista una carrera acorde al deseo del estudiante es sumamente difícil considerando los costos que representa el traslado.
Magalí terminó el colegio el año pasado. Tiene 18 años y estudia Derecho. Relata que le gustaría estudiar química industrial, sin embargo por las dificultades que representan los gastos de la carrera optó por otra. “Uno siendo joven quiere estudiar, quiere seguir sus sueños, pero tenés que adecuarte a lo que te da el cuero también”, expresa decepcionada.
Solicitan ampliación de plazas para becas
Tanto estudiantes que quedaron excluidos, como la gobernación, solicitan a la EBY que se amplíen las plazas para el acceso de las becas.
Incluso los jóvenes realizaron una manifestación en reclamo del acceso este beneficio para poder continuar con sus estudios.