Existen 12 guardias en turno noche, pero de igual manera entran personas a hurtar al Cementerio del Sur. Esta problemática existe desde hace años, especialmente debido a la falta de infraestructura que resguarde el sitio.
En el 2020 se adjudicó la reconstrucción de la muralla de enfrente. La inversión fue de G. 164 millones. Sin embargo, finalmente esta obra no es suficiente, ya que el terreno de nueve hectáreas se muestra vulnerable en la parte trasera, sobre la calle México.
Arcenio Bobadilla, quien asumió hace seis meses como administrador, aceptó que a su llegada encontró el lugar con inconvenientes estructurales. Comentó que siguen los robos, especialmente de las estructuras de hierro, como las puertas. “Se dejó estar en estos dos años de pandemia, y no se le dejaba entrar a los familiares”, recordó, lo que dificultó el control.
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El administrador apuntó que los ladrones aún pueden ingresar fácilmente por la parte posterior, ya que el terreno es bajo. “Ahí entran. La muralla está a un nivel que posibilita entrar”, dijo.
Seguidamente Bobadilla brindó un recorrido en la zona y mostró que muchas de las tumbas están en mal estado. Con documentos en mano, aseguró que varias se trataba de familiares que tenían sus tributos al día, pero que mantenían las tumbas abandonadas.
Bobadilla comentó que pidió una auditoría de la parte administrativa del cementerio, la que sigue en curso, y que la Contraloría General de la República también se ha constituido en el sitio.