Cada día los feriantes tienen más cantidad de frutilla en cestos de diferentes variedades. Las más ofertadas son la Sweet Charlie, a G. 50.000, que es la más carnosa y dulce y se recomienda consumirla al natural, y la Dover, que está a G. 40.000 y es una variedad ideal para los jugos, mermeladas y postres.
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Al respecto, la feriante Irma Bareiro dijo que la cosecha es tempranera, que es la primera maduración de la fruta y que optaron por instalarse ya a la vera de la ruta para poder comenzar con la comercialización de manera temprana y así intentar aplacar un poco la recesión económica que tuvieron a causa de la pandemia.
Dijo además que ambas variedades, si bien tienen un costo un poco elevado, irán bajando a medida que la cosecha se incremente.
Los feriantes están instalados en ambos costados de la ruta Itauguá-Areguá, en el kilómetro 34,5, con una gran variedad de productos como las mermeladas, licores, postres, tortas, piononos y helados.
Lluvia afecta a las plantas
Si bien los fruticultores sufrieron la extrema sequía, lo que más les perjudica ahora es la constante lluvia, que hace que la fruta y la planta se pudran.
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“La sequía se puede aplacar con el regadío, el frío es bueno para que la fruta sea dulce, pero las constantes lluvias nos perjudican mucho porque pudren la fruta. Este es un trabajo de todo un año, por eso no podemos bajar muchos los precios, porque requiere mucho trabajo y hay muchas pérdidas a causa del clima”, dijo doña Ramona, otra de las feriantes.
Los feriantes están instalados todos los días desde las 8:00 hasta las 20:00 y esperan a los turistas para disfrutar de sus delicias a base de la frutilla.