Según los datos, el vertedero municipal de la Municipalidad de San Juan Nepomuceno, en los últimos meses, se convirtió en un lugar de contaminación constante. Las basuras domiciliarias, industriales, comerciales son arrojadas sin criterio técnico y los gancheros administran a placer.
Inclusive, algunos de los trabajadores del vertedero municipal dijeron que las autoridades municipales actuales hasta la fecha no acudieron al lugar para ver el funcionamiento del sitio y que se puede hacer para mejorar. Los trabajadores explicaron que de vez en cuando se hace el entierro de las basuras en una fosa que fue dejada por la administración anterior.
Según los gancheros no se realizan ningún trabajo técnico para el entierro de las basuras, nosotros retiramos los objetos de nuestro interés y el resto se entierra sin clasificar, señalaron.
La principal preocupación de la población es el peligro de contaminación de un cauce hídrico que se encuentra al costado del vertedero. Además es una zona sensible debido a la presencia de esteral y la napa freática está cerca de la superficie del suelo o sea que es muy fácil la contaminación del agua subterránea que podría ser fatal para la zona.
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La comunidad más afectada sería Isla Yobái, hacia donde corre el cauce hídrico, para desembocar en el arroyo Capiibarymí. Los centenares de pobladores de la cercanía dependen aún de los pozos de agua común que con mucha facilidad se puede contaminar.
El intendente, Derlis Molinas (ANR-HC), dijo que está pidiendo la renovación de la licencia ambiental al Mades. Por la lluvia constante no se está pudiendo enterrar la basura.
Según datos del Mades para la renovación de los rellenos sanitarios se debe hacer una auditoría ambiental cada un año a raíz de la sensibilidad del tema y porque está en juego la salud de la población. En otros emprendimientos la auditoría para la renovación de la licencia ambiental es cada dos años.