Carlos Morales, de la Asociación de Productores Virgen del Rosario, de la compañía Caraguataymi de este distrito, manifestó que en su finca cuenta con más de 30.000 plantas de tomate y 20.000 plantas de locote, que está cosechando y su principal centro de comercialización es el Mercado Central de Abasto de Asunción. Se quejó porque actualmente los precios de los productos están bajando y asegura que es a consecuencia del contrabando.
A los pequeños labriegos solo les queda optar por la producción agrícola, porqué es la única alternativa que tienen para generar fuente de trabajo para sus hijos y vecinos, quienes son los que siempre buscan trabajo para llevar algún ingresos a sus hogares, manifestó el Morales.
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Producir hoy día tiene su costo y solo es rentable cualquier rubro si se tiene mercado seguro para vender los productos. Sin embargo, en la actualidad la falta de mercado donde se pueda comercializar a buen precio es una deuda pendiente de las autoridades estatales, quienes deberían de defender la producción nacional, controlando el ingreso masivo de productos de contrabando, se quejó el agricultor.
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Deudas para producir
El labriego dijo que en su finca cuenta con producción de tomate, locote, zapallito de tronco y también tiene en proceso de crecimiento más de dos hectáreas de cultivo de papa, en donde sembró unas 70 bolsas. El 50 % le donó el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y la diferencia se endeudó para poder tener producción continua.
Explicó que la agricultura familiar va a ser rentable en un país donde escasea el trabajo, y donde a diario en las fincas aparecen padres de familias y estudiantes pidiendo trabajo. Dijo que se les podrá dar, toda vez que las autoridades responsables en combatir el contrabando, decomisen o no permitan el ingreso de productos de manera a sostener la producción nacional.
Con la medida de mejor control y sanción a los infractores, permitirá a los agricultores producir a mayor cantidad, porqué se va tener mercado seguro, buen precio del producto y se podrá brindar fuente de trabajo en el campo, manifestó Morales.
Hasta el momento, los agricultores solo están lidiando para salvar sus deudas y sobrevivir porque estaban vendiendo a más de G.110.000 la caja de tomate, ahora están recibiendo a solo G.90.000 porque está saturando la producción argentina.
Lo mismo está ocurriendo con el locote que comenzaron a vender a G.11.000 el kilo y ahora está bajando a G. 9000. Ya está muy desgastado el reclamo de contrabando, pero mientras no exista voluntad política los más afectados seguirán siendo los pequeños productores, dijo Morales.