Mariela Duarte denunció como negligencia médica, ante la Fiscalía Barrial 7, la difícil situación por la que está atravesando su hija, Liz Fabiola López Duarte, internada en el Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS) desde el 2 de marzo, hace exactamente 86 días. La señora, enfermera de profesión, explicó que luego de haber tenido covid, la joven de 16 años comenzó a sentirse mal, por lo que le hicieron un análisis clínico en la zona donde viven, Caazapá. Los resultados estaban alterados.
Considerando que en el IPS Central la joven seguía su tratamiento contra la leucemia, y atendiendo el resultado de los análisis, el 2 de marzo llegaron ambas a Urgencia del hospital. “Se internó en el área de Hematología. Después tuvo fallas en el riñón, se tenía que dializar y para eso le llevaron a terapia intensiva (UTI). Para la diálisis le insertaron un catéter. Posteriormente le detectaron nuevamente covid-19 y nos trasladaron al hospital de Ingavi, siempre en terapia”, relató la mamá.
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“En Ingavi ella estaba lúcida, no tenía ningún síntoma respiratorio. El médico dijo que estaba bien, saturaba bien, pero una madrugada me llamaron para decirme que ella estaba respirando muy rápido y estaban pensando intubarla 24 a 48 horas porque eso le iba a cansar. Después no me avisaron más nada, pensé que ella había mejorado, pero al día siguiente me dijeron que estaba intubada, grave, que su corazón dependía de máquinas y que estaba muy grave”, continuó relatando.
Sobrevivió a covid y contrajo KPC
“Después me dijeron que mi hija tenía falla multiorgánica, luego que tenía infección intrahospitalaria, pancitopenia o aplasia. A eso ella sobrevivió. Me habían dicho que ya no tenía más probabilidades de vida, pero después de unos días logró mejorar y nos trasladaron de nuevo a IPS Central, a terapia intermedia. Sin embargo, el médico me dijo que le habían puesto el filtro pediátrico para su diálisis y que en todo el tiempo en que comenzó a dializar, durante 25 días, ella no orinó”, contó la mujer.
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“Luego de unos días de estar en terapia intermedia, y que se dieran cuenta de que ella había estado usando un filtro pediátrico para la diálisis, lo que no correspondía, y le cambiaron al filtro de adultos y recién ahí ella empezó a orinar. Le dializaron de balde. Y cada diálisis deja cicatrices en el riñón, me dijeron los médicos”, explicó Duarte.
Siguiendo con su relato, Mariela señaló que Liz logró entonces superar la infección intrahospitalaria que le habían encontrado, pero estando en terapia intermedia contrajo una bacteria intrahospitalaria altamente peligrosa, conocida como KPC, resistente a casi todos los antibióticos. “Aún así, ella logró mejorar y pasamos a una sala normal en Clínica Médica para pacientes con KPC, porque en el área hematológica no hay sala para pacientes con KPC”.
“Perdieron” el catéter para diálisis
Estando en Clínica Médica, le informaron a Mariela que su hija sería dializada los martes, jueves y sábados, pero al primer martes por la noche, al momento de ser sometida al tratamiento “no encontraron su catéter de diálisis, no le pudieron colocar otro y ese día ella quedó sin dializarse. Nadie supo qué pasó con su catéter, quién le sacó, nadie me pudo explicar, aunque no es algo que se saca fácilmente, es algo que sacó alguien que no entiende nada, en el área de Clínica Médica KPC”, indicó.
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Mariela contó que ahora “ella tiene parvovirus en la médula ósea, tiene fallas de riñón y se está dializando otra vez. Está en UTI, sedada e intubada, y me dijo el doctor que probablemente tendría otra enfermedad más. Además se detectó que la KPC pasó al pulmón”.
Varias negligencias médicas
La madre, al borde del llanto, afirma: “según mi punto de vista, mi hija pasó por varias negligencias médicas”. “Yo no veo que a mi hija la traten como merece por su edad. Ella debería estar aislada por su sistema inmunológico inmunodeprimido, ella es la más joven en UTI y deberían priorizarla”, clamó.
Pero además del sufrimiento ya de por sí martirizante, de acompañar a su hija que hace 86 días lucha por su vida dentro del IPS, Mariela cuenta que debe estar alerta al pedido de medicamentos que le realizan. “Estamos costeando estudios que se hacen en el privado y otros medicamentos que algunos días están sin existencia, como ahora, tengo una receta que me dieron para boriconazol, que sería para hongos”, indicó.
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“Ayer me pidieron Z-mol de 1 gramo inyectable. Y me pidieron agua destilada. Y anteriormente habíamos comprado anticonvulsivos, hasta seis ampollas por día, y muchas cosas compramos ya. Y ahora que se le detectó este virus, los medicamentos van siendo más caros y suman más. Y es imposible de sostener, porque hace tiempo estamos ya”, señaló la mamá.
“Quería estar con mi hija”
“Yo había solicitado llevarle a Argentina para tratamiento y diagnóstico y me negaron eso con el argumento de que es menor de edad”, indica Mariela Duarte, que finalmente exterioriza su dolor más grande: “Es un calvario. Muy impotente me siento, por lo menos quería estar con mi hija en Clínica Médica y no me dejaban entrar. Ellos (los pacientes) están solos en una pieza, y con pacientes delicados es otra cosa, pero tenés que estar de acuerdo todo el tiempo, esperando que te digan lo peor”.
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La paciente necesita la donación de todo tipo de sangre, que puede darse en el banco de sangre de cualquier hospital a nombre de Liz Fabiola López Duarte, con cédula de identidad 5.562.879. Quienes tengan la buena voluntad de realizar aporte económico o de medicamentos o insumos, pueden comunicarse al (0983) 455871, que es el número de teléfono de la madre.