- Usted venía al país muy seguido hasta que se paralizó todo con la pandemia. ¿Qué propone ahora para sortear la crisis?
- El Paraguay tiene que prepararse para dar un salto hacia la economía del futuro. Suena como una frase grandilocuente. Otros países ya han dado saltos como este. Los Tigres Asiáticos, Costa Rica, Uruguay, un poco Panamá, Israel, Estonia, Lituania lograron dar este tipo de saltos con una transformación fundamental. Ellos comprendieron que hay cinco factores que deben estar presentes: la formación y disponibilidad de capital humano, las plataformas de conectividad electrónica y logística, la seguridad jurídica absoluta.
Esos países recurrieron a zonas francas de exportación por medio de una legislación especial que ya en Paraguay existe, se pueden ofrecer condiciones de productividad, de inversión, de desempeño, diferentes a lo que se podría lograr en el promedio de la nación. Es indispensable un alineamiento institucional–que el MIC, el MITIC, que Rediex, ANDE, Hacienda, el BCP, que organizaciones del sector privado se organicen en una convergencia de fuerzas para formar parte de esta cuarta revolución industrial que está experimentando el mundo.
Paraguay debe pasar la página de dependencia únicamente de sus recursos patrimoniales: el suelo, el clima, el agua y de la incertidumbre del mercado internacional.
- La sequía es lo que más golpeó este año...
- Paraguay no puede cifrar su crecimiento beneficiándose de sequías en Australia o heladas en Brasil, por poner un ejemplo, que causan un aumento en el precio de la soja o en el precio de la carne. No se puede depender más de la estrategia de la providencia y del clima. Paraguay necesita una estrategia mucho más a la medida de los tiempos modernos. A eso se puede llegar si se conforma una alianza público privada. Paraguay no puede esperar que un Gobierno en sus últimos meses o un Gobierno que apenas empieza lo pueda abordar solo. Tiene que haber un alineamiento para una dinámica de inversiones privadas nacionales y extranjeras.
- ¿Qué necesitamos impulsar desde esa alianza público privada que usted propone?
- Mejores centros de capacitación para el capital humano, zonas francas industriales pero no entendido como las viejas zonas francas sino campus tecnológicos como el de Apple en California o como el de Google, como la zona franca América de Costa Rica, un ambiente futurista de edificios de alta conectividad que estimula el trabajo en comunidad con espacios deportivos para la salud, con comida saludable.. La cuestión es pegar un salto enorme en las plataformas que se ofrecen.
- Lo que todo el mundo pide aquí es trabajo. Después de la pandemia ¿qué le puede seducir al capitalista extranjero para radicarse?
- La energía limpia y abundante es una buena razón. Para que vengan las grandes empresas hoy denominadas “unicornios” que van a aprovechar nuestra energía competitiva y limpia, necesitamos ofrecer un buen ambiente donde ellos puedan prosperar con su filosofía y su visión. El sector privado viene a jugar un papel fundamental y estar listos para ofrecer estas plataformas. Con ese insumo maravilloso de la energía limpia, Paraguay puede ver muy pronto instalarse empresas de alta tecnología a las que le interesa esta oferta de 1.000 megavatios que la ANDE ofrece de las dos represas.
- ¿Dónde deberían estar localizados esos centros tecnológicos exactamente?
- En las cercanías de la producción de esas energías de alto voltaje, porque sin duda los proyectos de inversión van a ser electrointensivos. Aquí ya están ocurriendo cosas. Hay un gran esfuerzo que tiene que ver con movilidad eléctrica, con hidrógeno verde. Toda esa visión de la industria automotriz del futuro y de los combustibles o las fuentes de energía del futuro está ahí. La energía es fundamental para manejar los servicios en la nube y los data center que requieren las grandes empresas, las grandes bases de datos, la gran dinámica de las APPs: hoy tenemos más de un millón. Las plataformas donde se guarda la información y la dinámica requieren de mucha energía. Paraguay puede ser hasta un centro de acopio de los minerales que vienen del norte por la hidrovía. Si a todo sumamos la energía para el transporte estamos hablando de una base interesante, muy atractiva.
- Usted plantea un centro industrial y de negocios, un centro de tecnología...
- Una plataforma para empresas de tecnología que en su conjunto representan y construyen el futuro. Pueden ser zonas francas industriales que estén en cualquier parte donde haya energía limpia y dónde esté el capital humano preparado. Tenemos que ofrecer estas plataformas como una ventaja fundamental. Por ejemplo, en Costa Rica tenemos una de esas zonas francas que se denomina Talent Place, el Sitio de los Talentos.
- ¿Qué tipo de empresas se interesarían en esta oferta de energía que ofrece la ANDE?
- Empresas de nuevos combustibles, de transporte eléctrico, nuevas formas de transformarla en servicios y productos con valor agregado, servicios en la nube, manufactura electrónica, equipos médicos de alta tecnología y muchos otros que hoy conforman la vanguardia tecnológica del mundo.
-¿Empresas de bitcoins como experimenta El Salvador?
- El Salvador es una mala experiencia. El Gobierno dio un salto enorme para atraer a los bitcoineros. Francamente no es una buena estrategia. Es capital “golondrina” por definición. Son empresas que llegan, explotan y se van. No le va bien a El Salvador precisamente porque ellos no tienen ni la conectividad ni las plataformas productivas ni el capital humano para llevarlo a otro nivel de desempeño. El bitcoin no es una de las cadenas de valor que estamos buscando para Paraguay porque de hecho no es cadena de valor. Es la explotación de una función para lograr un objetivo específico.
- ¿No funciona la industria del bitcoin?
- No hay nada de malo que haya bitcoineros operando en el país si tenemos energía limpia y la pagan bien, pero eso no es lo que estamos buscando porque eso no tiene un arraigo profundo ni crea el tipo de cadenas de valor para lograr una transformación productiva.
- Usted plantea un equipo público y privado. ¿Cuánta gente necesita para operar?
- Es difícil decir. Los grandes cambios empiezan generalmente por la visión de una persona que tiene suficiente carisma y capacidad narrativa y capacidad de ilusión para llamar a los que son necesarios para que algo funcione. Eso ya lo tenemos. Tenemos algunos éxitos interesantes. La pandemia también nos está dando una oportunidad de replantear el futuro. Ese mal nos enseñó a superar retos insuperables, como digitalizarse.
- Una digitalización forzada...
- Exactamente, forzada por el riesgo, por el enorme peligro que significaba la enfermedad. Pero funcionó y funcionó rápidamente. Necesitamos ahora hacer lo equivalente. Necesitamos socializar esta narrativa y esta visión para que se reúnan las fuerzas porque estamos en otra emergencia. O Paraguay se inserta en la globalización sin fronteras o se sigue rezagando...
- ¿Tiene idea de cuánto puede costar motorizar esa idea, ese proyecto?
- El costo para el país en inversiones debe ser gigantesco y va a depender de cuán exitosos seamos. En términos de costos efectivos, yo diría que el primero y el único en este momento es el riesgo de ofrecer esos 1000 megavatios y que nadie venga. Pero tampoco se van a desperdiciar. En Brasil le compran esa cantidad en 2 minutos. Es una apuesta que vale la pena porque el riesgo hacia lo negativo es muy bajo. La oportunidad hacia lo positivo en cambio, es infinita. Es transformar el país.
- ¿Qué tiene que hacer el Gobierno?
- Crear las condiciones propicias de la demanda. Un Gobierno que anuncia la compra de vehículos eléctricos o que anuncia estar estudiando la creación de un ecosistema de transporte público de base eléctrica está dando un paso importante en la credibilidad.
- El tren de cercanías está en marcha. Es carísimo...
- La parte del transporte y los nuevos combustibles es esencial. Es una de las 4 cadenas de valor...
- Hay que agregarle la atracción de los bajos impuestos...
- Podríamos dar exoneración de renta y otros beneficios en impuestos de importación para servir como atractivo para que las empresas vengan. Eso es lo típico. Se hizo en Colombia, en Costa Rica, en Uruguay, en Chile. Pero tampoco es un factor que nos va a diferenciar. En el mundo cibernético, Paraguay no es un país mediterráneo. Está en el centro del mundo igual que todos. De lo que estamos hablando es no solo de bajos impuestos. Estamos hablando de mega servidores que requieren de abundante energía, ambiente con clima controlado y condiciones de seguridad y alta calidad.