El miércoles pasado, después de mucho tiempo, los diputados volvieron a sesionar de forma ordinaria para la sesión que habitualmente se convoca para las 8:30 luego de las críticas ciudadanas por el excesivo privilegio que cuentan los parlamentarios frente a los “comunes” a la hora de asistir a sus puestos laborales.
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Para el martes, figuran los mismos puntos que hace varias sesiones se vienen arrastrando y no son tratados por falta de quorum, entre ellos cinco proyectos de ley que cuentan con sanción ficta, es decir proyectos que ya cuentan con la media sanción del Senado y no son tratados en un plazo de tres meses que tienen los diputados para expedirse.
Entre los puntos al límite de vencimiento se encuentran proyectos de expropiaciones y desafectaciones y el proyecto de ley que modifica el Código Electoral acerca de la iniciativa popular.
También figura el proyecto de ley que modifica el Código Aduanero, la creación de una comisión bicameral para controlar los recursos que se destinarán a los Juegos Odesur, la muerte civil a los objetores de conciencia, la creación de la comisión Nacional de Regulación y Aprovechamiento múltiple de la Cuenca del Río Tebicuary.
También el proyecto de ley que suprime las delegaciones legislativas para el establecimiento de tasas a instituciones del Poder Ejecutivo y otros organismos, entre otros proyectos de ley que figuran para ser tratados.
Un simple apercibimiento
La semana pasada el presidente de la Cámara de Diputados, Pedro Alliana (ANR, HC), apenas llegó a apercibir a ocho diputados que se ausentaron en las últimas cuatro sesiones sin tener en cuenta las ausencias que se registraron incluso durante su gestión al frente de la Cámara. Entre los diputados en falta se encuentran oficialistas y liberales. En caso de más ausencias, tendrán un irrisorio descuento de G. 600 mil.