Miedo en las calles, miedo en las paradas de buses, miedo en los colectivos, miedo al salir del cajero, del supermercado, de los bancos. Miedo. Reina el miedo. “Salir a la calle es una odisea”, dijo hoy una ciudadana al ser consultada sobre su percepción de la seguridad en el país.
“La gente está huyendo del centro”, señalan los comerciantes que sobrevivieron a la pandemia pero no logran soportar la ola de asaltos en el centro de Asunción. Drogadictos, “peajeros” y “motoasaltantes” toman las calles y las vuelven lúgubres y peligrosas.
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La ciudadanía, resignada a causa de la falta de respuesta de las instituciones encargadas de garantizar la seguridad, debe “ingeniarse” para literalmente salvar su vida todos los días.
En un recorrido por las calles del centro, varias personas manifestaron su preocupación e indignación por la inseguridad que se vive día a día y, de acuerdo a los datos, va empeorando. Algunos ciudadanos comentaron sus experiencias.
Miedo en las calles y en los colectivos
“La falta de transporte público a cierta hora es uno de los problemas, porque a cierta hora ya no hay colectivos y muchas veces los choferes están confabulados con los ladrones. Necesitamos más agentes de policía en las calles, que se sienta la seguridad. El Poder Judicial también debe trabajar mejor, porque la Policía les mete presos a los que se drogan y asaltan, pero salen a las 24 horas”, manifestó una ciudadana.
“Me asaltaron dos veces en el colectivo. Normalmente el colectivo está lleno, la gente ve cuando te asaltan pero no te avisan, no te ayudan, no avisan, pero se siente. Lo único que queda es que sean estrictos y duros para con los criminales, por más de que sea un ‘pequeño’ asalto, tiene que tener alguna sanción. Porque se les arresta, se quedan en la comisaría, después de 6 horas se les libera y ya están en la calle haciendo lo mismo”, añadió.
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“El tema de la droga es lo principal. Ellos cualquier cosa te roban y se van a vender por G. 10.000 o G. 20.000 y ya tienen para consumir su droga”, señaló una joven.
“Últimamente a cualquier hora del día ya estamos expuestos a este tipo de situaciones. Generalmente a la noche, pero es a la suerte. Lo mejor sería que haya mayor cobertura policial, especialmente en las paradas de colectivos”, indicó otro ciudadano.
Comerciantes y vecinos lamentan situación del centro de Asunción
Las personas que viven en el centro, al igual que los comerciantes y taxistas, lamentan el estado en que se encuentran las calles del microcentro, tanto en lo que respecta a la parte edilicia como la limpieza y, por sobre todo, la inseguridad. “En el microcentro estamos sufriendo una impresionante ola de asaltos con cifras aparatosamente insólitas”, afirman.
“Los malvivientes consiguieron violar una caja donde desembocan más de 700 líneas telefónicas de Copaco del microcentro para robar unas conexiones de cobre que reducen y venden para poder comprar droga. Sumados a los vientos y temporales últimos, prácticamente no hay usuario en el microcentro de Asunción que pueda disponer de línea baja de Copaco (yo uno de ellos) desde hace más de un mes”, relató Pedro García Garozzo.
“No solo Copaco y vecinos son víctimas. Feria Clorinda’i fue visitada 5 veces en los últimos dos meses por los ladrones. Y hoy, de las 50 casillas que había en épocas de esplendor, solo una (venta de pinturas) queda abierta. Al pobre Héctor, el quiosquero de la esquina de Colón y Oliva, le vaciaron 2 veces su casilla. Y al joyero señor Ortega (Colón casi Presidente Franco) también le asaltaron 5 veces y tuvo que dejar el local y mudarse porque ya no aguantó, igual que viejos propietarios de casillas de Clorinda’i, que prefieren quedarse en sus casas que seguir perdiendo toda su mercadería”, lamentó.
“Los taxistas, que más de una vez ahuyentaron a los malvivientes, ya no se quedan de madrugada por los riesgos de ser víctimas incluso fatales de estos inadaptados. Prefieren ir a dormir que exponerse a los peligros”, dijo.
“Así, sin patrulla, sin policías, con calles desiertas, al amparo de la impunidad, los ladrones operan con toda libertad y el vecindario se encierra y refuerza puertas y ventanas con candados y barrotes”. Con estas palabras, García Garozzo expone una realidad sufrida por la ciudadanía e ignorada por las autoridades.
“Operativos” que no se sienten
Si bien a inicios de este mes la Policía Nacional anunció un operativo denominado “Águila”, con el que busca localizar las zonas con un mayor comportamiento delictivo urbano y detectar los focos más sensibles de hechos punibles, enfocándose en Asunción y ciudades del departamento Central, hasta el momento no se ven los resultados.
Pero mientras se presentan estos operativos, suman los asaltos, robos, homicidios, secuestros y hasta sicariatos a plena luz del día.
De acuerdo a los datos de la página del Ministerio de Hacienda, el Gobierno destina más de G. 3 billones al Ministerio del Interior, de los cuales más de G. 29.000 millones son para “Mejoramiento para la seguridad ciudadana y otros G. 17.000 millones para “Operaciones contra grupos criminales”. ¿Los resultados? No se ven.