A inicios de 2021, el Gobierno aplicó el billetaje electrónico como único medio de pago por el servicio del transporte público. La medida se concretó diez años después de que el entonces presidente Fernando Lugo estableciera esto como requisito de aplicación obligatoria para el desembolso de subsidios a los empresarios del rubro, mediante el Decreto N° 6630, que creó el citado beneficio.
Ahora se cumple un año desde que rige el cobro electrónico. El Gobierno de Mario Abdo Benítez prometió que el uso de la tecnología revolucionaría el control a los empresarios y transparentaría la estructura de costos del servicio, ya que facilita conocer en tiempo real la cantidad de pasajeros y buses en circulación, lo cual permite verificar las frecuencias y aplicar sanciones en caso de “reguladas”.
Sin embargo, lo único que se pudo comprobar concretamente es que los montos de subsidios a empresarios duplicaron.
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Hoy los pasajeros lamentan la excesiva demora que deben soportar para subir al colectivo. Estos testimonios se ven reflejados con las aglomeraciones en paradas.
Al respecto, el viceministro de Transporte, Víctor Chamorro, indicó ayer que se están realizando controles. Aseguró que aquellas que incumplen las frecuencias no podrán cobrar subsidios. Prometió que en semanas más se emitirá un reporte con la lista de infractores.
Por su parte, Carlos Bogado, de la Federación de Transportistas del Área Metropolitana (Fetram), reconoció la importancia de la información generada con el cobro electrónico y que todo eso se concentra en el Centro de Control y Monitoreo (CCM), misma oficina que confirma la necesidad de replantear un ordenamiento de los itinerarios de buses para agilizar el tránsito.
Señaló que la cantidad de vehículos enlentece el paso y así, los buses no pueden llegar en tiempo y en forma. Esta situación se podría subsanar con un carril exclusivo para buses, así como hay en ciudades más organizadas, dijo. También con el “horario escalonado” para optimizar el servicio, añadió.
Datos siguen siendo secretos
Datos que se generan con el uso del billetaje electrónico al parecer son “secreto de Estado”, a pesar de que en otros países que utilizan el mismo mecanismo, son abiertos de y libre disponibilidad. En Uruguay, por ejemplo, existen reportes sobre la evolución del pago de subsidios municipal o estatal, cantidad de pasajeros que utiliza, con la discriminación de la franja horaria. En nuestro país, en cambio, sólo se puede encontrar en las redes sociales un resumen de cantidad de tarjetas habilitadas.
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