La adversidades que deben afrontar los asegurados del Instituto de Previsión Social (IPS) son una constante que se da no solo en el Hospital Central, sino también en sus clínicas periféricas.
Ayer, en el Hospital Ingavi del IPS los familiares de pacientes hospitalizados en el nosocomio denunciaron a ABC recibir constantes malos tratos e intimidaciones.
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Conforme denunciaron los aportantes, que pasan allí día y noche para cuidar de la salud de sus seres queridos, en la víspera incluso fueron amenazados con ser desalojados del sitio bajo la política de que “solo un familiar puede estar al cuidado del paciente”.
“Nos trasladaron del IPS Central y desconocíamos los protocolos, por lo que fuimos entre dos a la sala de informes. Una mujer, guardia de seguridad de nombre Dolly, nos maltrató e incluso nos amenazó con no darnos el informe médico de nuestro hermano y ser castigados a través de nuestro paciente”, denunció Maribel Piris.
Según dijo mujer, hace dos meses que están al cuidado de su familiar, primero en IPS Central y, desde el martes último, en el Ingavi.
“Si algo le pasa a mi familiar voy a culparle a esta señora, que como persona mayor que es, debería ser el ejemplo. No estamos aquí por gusto”, lamentó Piris.
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Los afectados aseguran que los funcionarios de asistencia social incluso los persiguen por su forma de vestir. “Creen que porque usamos kepis ya somos ladrones. Consideran que porque estamos todos juntos somos todos familiares y nos piden dejar el hospital. Acá pasamos mal y nos hacemos todos amigos a modo de contención”, dijo a ABC, Oscar Zárate, de San Pedro.
El hombre comentó además que el albergue, que es solo para una persona por familiar, se encuentra constantemente lleno.
Ante la denuncia y la presencia de efectivos policiales, una funcionaria del asistencia social se acercó a conversar con los familiares.
Según dijo la mujer -que no brindó su nombre alegando falta de autorización para conversar con la prensa- comprenden la situación por la que atraviesan estas personas, pero “la previsional solo está preparada para albergar a uno o máximo dos familiares por paciente”.
Falta de medicamentos
Otro de los inconvenientes que persisten en la previsional es la carencia de medicamentos.
En Ingavi, los gastos de bolsillo son menores al Hospital Central, pero también faltan insumos básicos como tiras de prueba de glucosa en la sangre, que cuesta poco más de G. 50.000. Pese a que cada frasco contiene 25 unidades, el mismo se solicita cada dos días, aseguran.
“Parece poco, pero los montos se van sumando. A diario pagamos una cierta cantidad dinero de nuestros bolsillos porque IPS no tiene varios medicamentos”, denunció otro asegurado.
Sin señales de Bataglia
Desde hace varios días, ABC intenta conversar con el presidente del IPS, Vicente Bataglia, pero este se excusó diciendo que está fuera del país y que cualquier pedido debía ser intermediado por la Dirección de Comunicación.
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Consultados sobre si el titular de la previsional se encuentran viajando por razones laborales o particulares, el equipo de prensa alegó desconocer el motivo del viaje.
En el IPS Central, hasta la comida es insana
Además de las constantes penurias que deben pasar, los familiares de los pacientes internados en el Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS) también deben soportar la insalubridad de la comida ofrecida por la previsional.
“Así nos entregaron la comida del día, con una mosca adentro. No se puede comer esto”, reclamó un aportante del seguro social.
El denunciante, que no quiso dar su nombre por temor, lamentó que mensualmente la previsional haga descuentos al salario del trabajador y brinde servicios tan lamentables.
“Es muy injusto. Pagamos mensualmente y el servicio es de lo peor”, criticó.
Los asegurados que asisten a sus familiares enfermos reclaman también la falta de empatía de los guardias de seguridad, que no quieren dar los informes a quienes están frente a la sala de urgencias, donde varias personas velan por sus seres queridos.