El doctor Marcos Girala, hepatólogo del departamento de Gastroenterología y Endoscopía Digestiva de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA, indicó que la cirrosis hepática refiere una mayor cantidad de consultas en área, señalando además que en el 2019, el 50% de los pacientes cirróticos fueron a consecuencia del consumo del alcohol.
“Hay otras patologías que no están en estadio cirrótico y que se pueden tratar para evitar llegar a la cirrosis”, especificó.
El hígado graso
Sobre esta enfermedad, el Dr. Girala indicó que el hígado graso se da como consecuencia de un estado general de una persona, ya sea por por sobrepeso, falta de ejercicios físicos, grasa abdominal, colesterol, triglicérido, glicemia o presión arterial, generando así una acumulación de grasa.
Asimismo, el médico señaló que la grasa en el hígado puede ser inofensiva y ser considerada como un aviso de que el paciente podría tener un riesgo de tener un infarto o problema vascular, sin embargo, hay casos en que la grasa puede comportarse de una manera agresiva en el hígado, con la posibilidad que genere una cirrosis hepática similar a la que tiene una persona que consume mucho alcohol.
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Continuando, el profesional hizo referencia que existe un cambio en el estilo de vida de las personas, en laque se presentan más casos de sedentarismo, enfrentando epidemias de obesidad o diabetes, dos enfermedades que acompañan a la epidemia del hígado graso.
Esta condición no presenta síntomas pero deben ser considerados los factores de riesgo y también es muy frecuente en niños y adultos del mundo occidental, refirió.
Finalmente, el doctor reiteró que los pacientes que no se cuidan, además de dañarse el hígado, pueden dañar también el aparato cardiovascular, las arterias y el corazón, generando una mayor probabilidad de infartos.
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