Abuela cumple 104 años y atribuye su larga vida al locro y al so’o apu’a

CAAPUCÚ. Una mujer cumplió el pasado 24 de abril 104 años de vida, y sus hijos organizaron un ágape para compartir la dicha de tenerla aun con ellos sana y alegre. Se trata de Fidelina Caballero Vda. de Caballero, pobladora de la compañía Yeré, quien el domingo último festejó su cumpleaños rodeada de sus seres queridos. Sus vecinos y familiares cercanos la describen como una mujer solidaria y afectuosa con todos. Es considerada la reliquia de la comunidad.

Fidelina Caballero rodeada de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos celebró su cumpleaños el domingo pasado.abc color
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La abuela estuvo casada con Francisco Caballero con quien tuvo 11 hijos de los cuales cuatro ya fallecieron y los que aún viven son, Basilio, Felicita, Leonardo, Francisco, Damián, Federico, Herminio. Los fallecidos son; Ireneo, Rufino, Maximina y Modesto. Su esposo hace 41 años falleció.

Doña Fidelina tiene un total de 26 nietos, 67 bisnietos y 33 tataranietos, manifestó su nieta Rosa Giménez.

La abuela hace cuestión de tres años quedó ciega a raíz de que cuando era joven cocinaba a leña y el humo le afectó la retina. Sin embargo, ella aún se mantiene lúcida, paciente y con una devoción única a la Virgen de Caacupé.

La abuela entre su historia de vida manifestó que ayudaba a su marido criando gallina, cerdos, rompía coco, faenaba los animales de granja e iba a vender al Mercado 4 de Asunción y la grasa a las panaderías de Quiindy.

Comentó que en la compañía había muchas familias también humildes y recuerda que uno de sus vecinos llegó a pedirle la galleta Paraguay, que le decían a la bola de fariña que secaban y luego rompían para preparar el mbejú de dicho producto.

También se encargaba de hacer sopa, chipa so’o, chipa almidón, empanadas y vendía para poder tener ingreso en su hogar. Su marido se dedicaba a la chacra, era carpintero, capataz, músico y compositor.

Resaltó que en tiempos difíciles es importante ayudar al prójimo, que siempre lo caracterizó su espíritu servicial. Considera que en recompensa a esa generosidad, ahora Dios le está regalando una larga vida que sigue disfrutando en compañía de sus seres queridos.

Actualmente, su hijo de Damián de 63 años la cuida, es el menor de todos, que nunca formó su hogar y que dedicó su vida a su madre. Para bañarla, le ayuda su bisnieta Celeste, quien vive cerca de su casa.

Abuela cumple 104 años en Caapucú, acompañada de sus hijos, Basilio, Felicita, Leonardo, Francisco, Damián, Federico, Herminio

Alimentación tradicional

Doña Fidela atribuye su larga vida a la buena alimentación que tuvo desde niña. En ese sentido, dijo que desde pequeña acostumbraba a desayunar leche espumante, recién ordeñada y que las comidas tradicionales que disfrutaba son el locro, so’o apu’a, vori vori, mbejú con cocido, coco con mandioca, queso con miel negra o miel de abeja, huevo, el jukysy elaborado a base de agua, huevo, cebolla, queso y sal, rora kyra. Incluso hasta consume con mucha regularidad dichos alimentos.

Comentó que anteriormente no se comía arroz, ni fideo, ni galleta, todo se producía en la casa para alimentar a los hijos. Actualmente, a ella le gusta mucho la sopa, el asado y aunque es reacia a comer los fideos acepta porque la comida tradicional del país está siendo sustituida por comidas rápidas.

Ella aún mantiene su horario de levantarse a las 06:00 toma mate y luego desayuna cocido con leche. Como media mañana lo que más le gusta es comer una tortilla con mandioca y al mediodía cualquier alimento que se prepara en la casa.

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