Asunción, la ciudad del caos (3)

Las plazas son lugares donde se puede ir a caminar, jugar, desestresarse al practicar algún deporte o descansar los ojos viendo bellas flores. La Municipalidad tiene la responsabilidad de equipar y mantener estos espacios públicos.

Las plazas son lugares donde se puede ir a caminar, jugar, desestrezarse al practicar algún deporte o descansar los ojos viendo bellas flores
audima

En Asunción las plazas dan vergüenza ajena, empezando por la basura. Algunas se convirtieron en asentamientos infrahumanos, y otras fueron rapiñadas.

Muchas plazas son contenedoras de basuras, lamentable.

Parques destruidos, equipos de gimnasia rotos y bancos dañados, e iluminación deficiente. Y seguimos porque nos apena mucho encontrar árboles con cupií y césped destruido.

Las soluciones implican un compromiso constante y tener claro para qué sirve hoy una plaza. El profesor Gustaaf Winters, de Holambra-Brasil, es un paisajista que conoce Asunción, y su criterio sirve de guía.

Áreas verdes cada 10 minutos

Las plazas de Asunción son ocasionales campings de diversas manifestaciones ciudadanas. Luego queda la destrucción y la basura.

El experto expresó que la Organización Mundial de la Salud recomienda “que una madre con su hijo no debería caminar más de 10 minutos para llegar a un área verde”.

“Eso quiere decir que cada 800 a 1.000 metros tiene que haber una plaza, con un área de juegos para los niños. De nada sirve que la ciudad tenga 80 m² de área verde si todo esto es solo en un sector de la ciudad”, desglosó el paisajista.

“Las zonas verdes deben estar repartidas por toda la ciudad cada 800 a 1000 m, y uno de los fines es que el agua de lluvia alimente el agua del subsuelo, impidiendo la impermeabilización provocada por el asfalto y las edificaciones”, observó.

Esta recomendación de la ONU logra dos objetivos según Winters: la recreación infantil y la ecología urbana.

La plaza y el ocio

Con su vereda inclusiva, sus faroles de estilo inglés y llena de plantas, la plaza Teniente 1° César Lemos, del barrio Ykua Sati, llama la atención desde afuera.

Las plazas contarán con cinco tipos de ocio en una plaza: contemplativo, recreativo, deportivo, cultural y adquisitivo. El urbanista Winters explica.

La plaza contará con lugar contemplativo: tenemos que eliminar todas las agresiones visuales, la basura estará dentro del basurero y las plantas caducas, feas serán retiradas.

Tenemos que definir las condiciones físicas y químicas del sol, colocando plantas combinando formas, texturas, colores y volúmenes.

El usuario de una plaza tiene que encontrar un escenario con innovaciones y confort.

El urbanista recuerda que “un jardín perfecto contempla los cinco sentidos, por ejemplo alguna planta con perfume, agradable al tacto y bonita para observar son un reposo mental”.

La plaza aleja la angustia

Las personas que “sienten angustia, ansiedad, inseguridad y miedo podrían mejorar ejercitando el placer contemplativo porque aborda el aspecto psicosomático y mejora el sentido estético, inclusive la higiene y la organización”, subrayó.

Winters acotó que la tecnología convierte a las personas en algoritmos, la teoría se relaciona con las redes sociales. “Somos consumidores de información”, se explaya.

“Una plaza bonita es fotografiada y la big data sabe exactamente donde esta usted y esa fotografía del jardín no llega solo a Paraguay, sino a América del Sur, a Estados Unidos. Cada uno se comporta de acuerdo con aquello que está viendo”, recalca y agrega que el ocio visual es muy importante porque disminuye la criminalidad.

El ocio recreativo

De 0 a 2 años: contará con parques para bebés y un arenero.

De 2 a 8 años: los parques infantiles dividen sus equipamientos para trepar, sube y baja. Para los pequeños es una experiencia social interesante porque conocerá a personas y aprenderá a socializar.

De 12 años y más: juegos de mesa y juegos más atrevidos con retos, ya que los más grandecitos de atreven a superar alturas y obstáculos. Un punto relevante es la inclusión que debe ser una prioridad.

Tercera edad: mesitas con banquetas para juegos de mesa.

Ocio deportivo

Las personas sedentarias, detrás de su computadora se sentirán atraídas hacia la plaza con un equipamiento deportivo.

Sabemos que la actividad física e inclusive mental aumentan las endorfinas, hormonas que se relacionan con las emociones placenteras.

Ocio cultural

En la plaza necesitamos actividades folklóricas, religiosas, música, teatro, danza, y también ferias de libros, de artesanía, sin que se convierta en una feria persa. Por ejemplo, dedicarle los sábados de mañana a alguna de estas actividades.

Ocio adquisitivo

La persona que frecuenta el área verde puede tener a disposición una hamburguesa, pororó, para no sentirse excluido de la sociedad de consumo. Porque Winters menciona que ese sentimiento es uno de los peores.

Las plazas están a cargo de la Municipalidad, que debería ocuparse de ellas, dedicarles menos politiquería y más aporte a la sociedad.

Lo
más leído
del día