El hecho de que el juicio político a Sandra Quiñónez se haya rechazado a tambor batiente, sin siquiera permitir la argumentación a favor y en contra es un indicio suficiente de que la falta de causales no fue un motivo real para salvar a la fiscala general del Estado sino la “resurrección” de la “Operación Cicatriz” para el “blanqueo” político.
Lea más: Negociaciones de impunidad y “operación cicatriz” salvaron a Sandra Quiñónez, lamentan opositores
En el cartismo, hay al menos dos procesos ligados presuntamente a crímenes graves como el narcotráfico, que vincula al acusado diputado Ulises Quintana, procesado en el caso Berilo y el del diputado Erico Galeano, salpicado junto al exministro de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN), Joaquín Roa, por el operativo “A Ultranza Py”.
Lea más: CSJ rechaza acción de fiscalía en la causa de Cucho Cabaña y Ulises Quintana
También el caso de la cuñada del diputado Freddy D’Ecclesiis (ANR, oficialista), la cual aguarda juicio por narcotráfico pero beneficiada con prisión domiciliaria. El legislador intentó disimular su respaldo a Quiñónez votando a favor del juicio político, a sabiendas de que no habían votos, pero su presencia en la sesión permitió dar quórum para el archivamiento.
Asimismo, en ambos sectores colorados (cartistas y oficialistas) e incluso los liberales hay varios “apretados” con procesos ligados a presunto enriquecimiento ilícito o desvíos de fondos estatales.
Los colorados oficialistas Luis Urbieta y Esteban Samaniego, la cartista Marlene Ocampos o el esposo de la llanista María López han sido beneficiados con el congelamiento de sus causas. También los “blanqueados” dieron su apoyo: Tomás Rivas votó en contra del juicio y Carlos Núñez Salinas viajó a Dubai.