Pacientes, familiares y trabajadores del Hospital General de Luque, cuyas identidades reservamos por seguridad y temor a represalias, denuncian que varias “áreas sensibles” se encuentran en pésimas condiciones desde hace meses.
Por ejemplo, en el pabellón de Clínica Médica, área de pacientes internados, no cuentan con limpiadoras para el aseo constante del lugar. Las cisternas, las canillas de los lavatorios y las duchas de los baños no funcionan.
Solo dos salas de las ocho cuentan con acondicionadores de aire en condiciones, en los demás, los internados deben soportar el extremo calor o sus familiares deben llevar sus propios ventiladores. Los artefactos eléctricos también están dañados.
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En Maternidad, la situación no es diferente. Este pabellón sufre las mismas carencias que el anterior, pero además las camas están en deplorables condiciones y la falta de limpieza es una constante.
Uno de los casos más graves se registrara en el sector de Cirugías, donde “el agua no llega”. Los familiares de los pacientes y personal de enfermería deben acarrear el líquido vital en latonas, jarras y bidones, según denuncian. En este lugar el personal de blanco y de enfermería se encarga de limpiar constantemente las salas que son usadas con frecuencia. En sala de parto tampoco disponen de agua, refieren. La humedad y el desprendimiento del cielo raso también forman parte del triste panorama.
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En la planta baja, la Dirección General del nosocomio improvisó una sala de internados en el acceso principal, en el sector de admisión. La división del espacio fue hecha con viejas mamparas, según pudimos constatar. Allí, todos los enfermos están a la vista de todo aquel que ingresa.
También los denunciantes afirman que la farmacia carece de medicamentos básicos y el laboratorio no dispone de ciertos reactivos para análisis simples. El mamógrafo no funciona y el hospital no tiene call center. Asimismo, faltan insumos, ya que los pacientes siguen comprando jeringas, hilos, bisturí, gasas, guantes, y otros.
Aseguran, además, que el personal de “mantenimiento” no está capacitado para afrontar los problemas que actualmente el hospital padece.
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Otra queja refiere a la invasión de comerciantes en los espacios públicos, calles y veredas, frente al centro asistencial, ante la desidia municipal. Fueron construidas precarias casillas donde de forma insalubre se manipulan todo tipo de alimentos y los consumidores son ubicados en plena calle sobre butacas de madera.
Un problemas más se da sobre la calle Dora Bueno, frente al hospital, donde los conductores estacionan en doble fila, situación que complica el paso de las ambulancias que llegan hasta el área de urgencias del puesto sanitario, cuyo acceso está ubicado precisamente sobre el mismo tramo. El derrame de agua servida en plena vía pública también es frecuente.
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Solicitamos al director general del Hospital General de Luque, doctor Javier Duarte, ser atendidos para tener su versión respecto a las denuncias hechas, pero este se negó. Tampoco permitió el recorrido, en compañía de algún personal del lugar, por los sectores denunciados y en donde sea permitido el acceso cuidando siempre la privacidad del paciente.