Los únicos que pudieron “disfrutar” esta mañana de la Escalinata de Antequera y Castro, emblemático lugar de Asunción, fueron tres indígenas, quienes se dispusieron a tomar un baño, utilizando una fuga de agua en el sitio. Debido a la inseguridad, el lugar no es muy visitado por la ciudadanía en general. A esto se suma que la estructura se va dañando ante el abandono. El lugar se sitúa sobre Fulgencio R. Moreno y Antequera.
Actualmente, pisos rotos y graffitis son los que resaltan en la escalinata. Ayer también había ropas tiradas y basura. El triste estado del sitio aumenta porque ni siquiera tiene pasto. Irónicamente hay un cartel que dicta que no se debe pisar el césped.
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Tampoco se cuenta con la iluminación adecuada. Todo impide que las personas puedan disfrutar de este lugar público.
Dinero público se usa en vano
En agosto del 2015 la escalinata había sido renovada por el entonces intendente Arnaldo Samaniego (ANR), con una inversión de G. 600 millones. El lugar incluso estaba lleno de flores.
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Posteriormente, en el periodo de Mario Ferreiro, la plazoleta volvió a mostrarse en horrendas condiciones ante la falta de cuidado. Durante el mandato de Ferreiro, alumnos de la escuela taller de la Comuna capitalina trabajaron en la restauración del sitio. No obstante, luego se llenó todo de basura, maleza y hasta se instalaron personas a vivir en tiendas de acampar por unas semanas.
Ya en el periodo del actual intendente Óscar Rodríguez (ANR) la escalinata se volvió a restaurar, pero la inseguridad hace lo suyo.
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Esta escalinata forma parte de un conjunto con la de Manuel Domínguez, pues ambas fueron edificadas en las primeras décadas del siglo XX por el intendente Miguel Ángel Alfaro.