En un breve repaso de lo fue la vida del pastor Abreu, De La Sobera dijo que el extinto líder de la Iglesia Centro Familiar de Adoración (CFA) empezó desde muy abajo en este camino del Señor.
Recordó cómo Emilio fue un destacado deportista en natación. Como anécdota, mencionó que a los 15 años de edad, ya rompía varios récords en Paraguay, cuando nadaba en la pileta del Parque Caballero. Con una mezcla de nostalgia y satisfacción por cómo se destacaba en su momento, contó que Abreu se había ganado una beca para viajar a Estados Unidos.
De La Sobera citó como un momento único, cuando Abreu conoció a un pastor en el país del norte y a partir de ahí, cambió su vida, pues comenzó a vivir para dar la palabra de Dios.
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Valoró su vocación de buscar que el Paraguay conozca a Cristo
“Lo conocí como persona que me ayudó mucho, dio todo él de sí para guiarme y acompañarme, en un momento muy delicado”, dijo De La Sobera. Sostuvo que nunca le pidió nada a nadie y que solo pretendía que los paraguayos sigan a Cristo.
Como otro aspecto de la vida de Abreu, resaltó que jamás respondió a críticas ni a insultos, pues decía que necesitaba enfocarse en su tarea que decidió emprender. “Jamás le pidió nada a nadie, era íntegro”, recalcó.
En cuanto a sus inicios, comentó que Abreu fue sumando adeptos y seguidores de Dios, y hoy el CFA alberga a 12.000 personas, lo que él estima.
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