Nuevos “arroyos” de la Essap en Lambaré

Mientras el río Negro, allá en la frontera con Bolivia, no tiene agua; al igual que el arroyo Caañabe en el departamento de Paraguarí, y el Ñeembucú en Pilar, los lambareños tienen suficientes razones para bailar rock and roll en una pata, porque en “Lambercity” ¡sobra agua!.

El caño roto formó un pozo de agua en Bruno Guggiari y Las Palmas.gentileza
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En la vecina ciudad el vital líquido se desperdicia gracias a la inoperancia de la Essap, que se da el lujo de generar nuevos arroyos.

No es una naciente natural, sino un caño roto que hace días pierde miles de litros de agua pura y cristalina.

Bruno Guggiari ha de ser una una de las avenidas más abandonadas a pesar de que ahora, en algunas cuadras ha sido mejorada, pero hay tramos, como frente al club Fernando de la Mora, donde los automóviles van de costado, como si andaran en dos ruedas. Su paseo central es un basural. Pero ahora ofrece otro “atractivo”, porque a sus costados desde Las Palmas, gracias a la Essap, corren dos corrientes de aguas que son verdaderos “arroyos”.

En Bruno Guggiari y Rca. Argentina se unen dos cauces como si fuera el río Paraná con el río Paraguay en Paso de Patria.

Estos cauces, que pierden miles de litros de agua pura y cristalina desembocan en el arroyo Lambaré, mientras en algunos puntos de nuestro país, familias enteras no acceden al vital líquido. Por lo visto que a la Essap le interesa un comino el tema, porque al decir de los vecinos, hace tiempo informaron de los caños rotos a la aguatera, pero no hace caso a los reclamos.

Mientras en otros puntos del país falta agua, en Lambaré, la Essap desperdicia el vital líquido:

El curso de agua, en ambos costados de la avenida, forman pequeñas “lagunas”. En algunos tramos, los vecinos, rellenaron el canal para facilitar la entrada de sus vehículos, entonces el agua gana el asfalto y colabora con su destrucción.

Paso de Patria en Lambaré

En Bruno Guggiari y Rca. Argentina se unen dos cursos de agua, algo así como el río Paraná y el río Paraguay, en Paso de Patria.

Modesto Zaracho, aficionado a la pesca y caminante de las tardes, quedó impactado con los “arroyos” de la Essap, y hasta bromeó con un vecino al decirle que la próxima vez traerá su anzuelo por si haya algún surubí en el cauce.

Estas son las maravillas y porqué no los “atractivos” que ofrece la Essap a los lambareños, que por su ineficacia hasta regala arroyos. No en balde, un personero stronista dijo alguna vez: “este es un país divino”.

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