El costo de producción de soja en su mayor parte no se está cubriendo con la cosecha y eso obliga a negociar la refinanciación; a su vez, muchos productores están con incumplimientos de contratos de alquileres y ventas, aspectos que se deberán negociar entre las partes respectivas; también, se tiene el desafío de obtener recursos para la siembra de la zafriña de soja o maíz, expresó el Ing. Héctor Cristaldo.
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“Con buena voluntad de por medio, como particulares, los productores podrán renegociar sus contratos, caso por caso. Actualmente, todavía está en marcha la zafra, y una vez que termine la cosecha se tendrá la dimensión real del impacto de la sequía. Es una situación inédita que genera complicaciones en varios frentes”, comentó.
Explicó que en primer lugar se tiene el problema de que no se cubren los costos de producción; en segundo, el incumplimiento de contratos de alquileres para algunos casos; y en tercer lugar, se están registrando incumplimientos de acuerdos de ventas, y en estos últimos casos se deberán negociar entre partes.
Añadió que el productor también tiene el desafío de conseguir recursos para la próxima siembra en zafra.
“Como se ve, hay muchos frentes de problemas a la vez, a eso se debe sumar que la zafriña arrancó pero con incertidumbre en relación al clima. Todos estos temas se deben resolver de manera racional y equilibrada entre las partes, para no romper la confianza que sostiene la actividad. Se debe evitar la politiquería con un tema tan delicado, para no tener efectos perniciosos”, acotó.
Informó que están preparando los números finales de la cosecha, con estudios satelitales y relevamiento de las informaciones del campo, pero que oportunamente los darán a conocer, para dimensionar la situación en forma racional.
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Estimaciones preliminares
La cosecha de soja está con un avance promedio entre 70% y 75% del total; en la parte sur se encuentra con un 90%; en la zona Central es del 80%, pero en el norte recién se ha retirado cerca del 50% del área sembrada con la oleaginosa, dijo Cristaldo. Aclaró que todavía se están analizando los mapas satelitales y recibiendo las últimas informaciones del campo sobre lo que está dejando esta magra campaña sojera.
Pero estimó en forma preliminar que la cosecha tempranera significó un promedio mayor a 1.000 kilogramos por hectárea; a su vez, la siembra medianera tuvo un promedio en torno a los 1.000 kilogramos por hectárea; pero la cosecha tardía está arrojando una media inferior a los 1.000 kilogramos por hectárea, agregó.
“En un escenario optimista, la cosecha de soja podría llegar a 4.100.000 toneladas, pero podría ser menos, bajando a 3.900.000 toneladas, aunque hay quienes estiman incluso mucho menos, pero –respecto a– los kilos se podrá saber recién luego de matar al chancho”, señaló analógicamente Cristaldo.
También expresó que el área de cultivo de soja, según las imágenes satelitales, ronda las 3.750.000 a 3.800.000 hectáreas.
La cosecha ya está definida y no va a mejorar, ya no importa cuánto es el rendimiento obtenido con la soja, sino lo importante es saber cuánta es la deuda por hectárea que deja esta campaña al agricultor, porque la mayoría, a pesar de los mejores precios del grano, está logrando rendimientos por debajo de sus costos de producción”, señaló.
Enfatizó que esta situación de descalabro es inédita, que nunca ni el más pesimista pudo haberlo pensado, porque la mayoría de los productores no podrá cumplir sus contratos, no por desvío de carga, sino por insuficiente volumen de cosecha logrado.
“Lo que preocupa es el pronóstico de que la sequía continuaría y podría afectar también a los cultivos de entre zafra y de invierno”, lamentó.