El supuesto narco Alcides Dejesús Villasboa Peralta, de 41 años, alias Ropero, y su primo Junior Michael Peralta Díaz, de 32 años, quien es un suboficial inspector de la Policía Nacional, ambos oriundos de Pedro Juan Caballero, pasaron a guardar reclusión en la Agrupación Especializada de Asunción por orden de la jueza penal de garantías de Caacupé, Blanca Báez, quien presidió ayer la audiencia de imposición de medidas.
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Ambos pedrojuaninos están procesados por homicidio doloso, lesión grave, asociación criminal y producción de riesgos comunes, en carácter de participantes.
Supuestamente, Ropero ordenó el ataque y su primo el policía habría sido el que transportó y luego rescató al sicario que perpetró el tiroteo.
El objetivo original del matón era “solo” el traficante Marcos Ignacio Rojas Mora, de 29 años, alias Marcos Capital, pero desgraciadamente también cayó muerta de manera colateral la influencer Cristina Isabel Aranda Torres, de 29 años, más conocida en redes sociales como Vita Aranda.
El acta de imputación contra Ropero y el policía fue firmada el martes último por los fiscales de Crimen Organizado María Asunción Alicia Sapriza Gómez y Lorenzo Darío Lezcano Sánchez, aunque también forman parte de la investigación sus colegas Marcelo Daniel Pecci Albertini y Federico Tadeo Delfino Ginés.
Por la Policía Nacional, los responsables de la pesquisa son agentes del departamento Contra el Crimen Organizado, con apoyo de otras unidades dependientes de la Dirección de Investigación de Hechos Punibles.
“Socio” del fallecido y del imputado
Para el equipo fiscal-policial, es claro que Marcos Rojas, alias Marcos Capital, fue delatado por una de las personas con la que estaba farreando aquel 30 de enero pasado en el anfiteatro José Asunción Flores de San Bernardino.
De hecho, la propia Fiscalía identifica en su acta de imputación a los “amigos” que estaban con Marcos Rojas en los camarotes 27 y 28 que fueron alquilados para el festival Ja’umína Fest.
El principal citado y, por ende, quien surge como uno de los sospechosos de haberlo conducido hacia el sicario, es Victorino Gómez Paredes, de 44 años, alias Vitó.
La última condena en prisión de Vitó fue por su captura producida el 17 de enero de 2011 en el campus de la UNA, en San Lorenzo, donde pretendía vender tres panes de cocaína que trajo de Pedro Juan Caballero.
Un elemento “tendencioso” que reveló el Ministerio Público en su imputación es que Vitó, quien estaba farreando con el ahora asesinado Marcos Rojas, alias Marcos Capital, también “tendría cultivos de marihuana en sociedad” con el ahora imputado como autor moral del atentado, Alcides Peralta, alias Ropero.
Vitó, coincidentemente, habría estado con Marcos Rojas, alias Marcos Capital, en la misma zona de baños y cantina donde se produjo la balacera, pero no fue reportado como herido.
Otros miembros del grupo de farra
Los otros miembros del grupo de farra de Marcos Rojas, alias Marcos Capital, eran Marlene Ríos Carballo, de 33 años, alias Marly, quien es la actual mujer de Vitó, y uno de los hijos de este último.
También son mencionados en la imputación Milciades Pedra Gómez, de 28 años, alias Oso Riquillo, y su pareja Norma Beatriz Rojas Benítez, de 38 años, alias Normy o Norma Menezes. Oso Riquillo fue el que alquiló los camarotes, especifica el documento presentado por el Ministerio Público.
La lista de asistentes a aquel evento sigue con Juan Carlos Gómez Gómez, de 42 años, alias Señor de las Armas; Juan Gabino Vera, de 34 años, alias Peterson Show, y la pareja de este último, María Adaliz Araújo Ramírez, de 33 años, alias Adi, siempre según lo que se transcribe en la imputación.
“Varias de estas personas, oriundas de la ciudad de Pedro Juan Caballero, estarían vinculadas a organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico y tráfico de armas, lo cual se halla sustentado en los diversos informes policiales”, dice textualmente la Fiscalía sobre los compañeros de farra del fallecido Marcos Rojas.
Quedan otros dos
El sonado caso de sicariato, que segó la vida de Marcos Rojas y Vita Aranda, tuvo al menos cuatro participantes directos.
Dos de ellos serían Ropero, quien supuestamente ordenó el ataque, y su primo el policía, quien sería el que transportó al sicario.
Entonces solo restan por ser identificados y capturados el que entregó a la víctima en el anfiteatro y el pistolero que ejecutó el crimen, aunque sobre estos ya hay también avances importantes.