En comunicación con ABC Cardinal este jueves, la bióloga e investigadora médica Graciela Russomando habló sobre las diferencias entre los autotest para detectar COVID-19 y los test rápidos, más sofisticados –y más costosos, que recientemente el Ministerio de Salud autorizó para su venta en farmacias solo para volver a desautorizarlos el miércoles.
La doctora Russomando señaló que los “test rápidos” para la detección de COVID-19 deben realizarse solo a personas que manifiestan síntomas de la enfermedad y que los asintomáticos deben esperar cinco días, contando desde su último contacto con una persona contagiada, para realizarse las pruebas.
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Eso se debe a que un test rápido de antígenos tiene altas probabilidades de no detectar COVID-19 antes de que hayan pasado cinco días desde el último contacto.
Precios de pruebas en laboratorios privados
La llegada de los “autotest” de COVID-19 desató un debate sobre los altos precios que cobran los laboratorios privados por la realización de pruebas de COVID, que rondan entre los G. 120.000 y G. 150.000 para pruebas de antígenos y G. desde 300.000 para pruebas de PCR en varios laboratorios.
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La doctora Russomando comentó que los kits de PCR –el tipo de prueba más preciso y costoso– que el Gobierno adquirió tenían un costo individual de alrededor de US$ 20, es decir unos G. 140.000 al cambio actual.
Las pruebas de antígenos que el Gobierno compró por medio de la Organización Panamericana de la Salud, por su parte, tenían un costo individual de alrededor de US$ 5 o G. 35.000 al cambio actual.
“No puede salir mucho más”, dijo la doctora Russomando, señalando que las pruebas tienen costos similares en Estados Unidos o Europa.
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Representantes de laboratorios privados lanzaron constantes críticas contra la aprobación de venta de “autotest” en los últimos días, afirmando que los resultados de esas pruebas no tienen valor legal para realizar trámites como gestiones para viajes.
El miércoles, las cadenas de farmacias del Paraguay informaron que la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria, que originalmente autorizó la venta de los “autotest”, ordenó suspender su comercialización debido a un tecnicismo, ya que las pruebas que se vendían como “autotest” en realidad están inscriptas como “test rápidos”.
Más locales de pruebas COVID
Finalmente, la doctora Russomando opinó que el Ministerio de Salud tiene la obligación de aumentar el número de locales de pruebas de COVID-19, teniendo en cuenta la saturación que los sitios de prueba públicos y privados enfrentan actualmente.
“Hay que aumentar las bases diagnósticas del país”, sentenció.