El Ing. Sosa agregó que ese consumo llegó a 18.859 GWh (1 GWh = 1000 MWh) el año pasado, contra 17.832 en 2020. No especificó empero si se refería a la demanda del Sistema Interconectado (SI), que incluye la pequeña exportación de energía eléctrica de la ANDE al sistema argentino o al acumulado en el contexto Sistema Interconectado Nacional (SIN), que la excluye.
De acuerdo con las publicaciones mensuales del Viceministerio de Minas y Energía, dependiente del Ministerio de Obras Públicas, en 2020 el SIN registró 17.785 GWh consumidos, en tanto que el SI se apuntó 18.110 GWh.
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Además, debe apuntarse que el total “acumulado” carga con un pesado lastre, que la ANDE debe arrojar por la borda si se propone detener la hemorragia de recursos que sufre, la que, más temprano que tarde, repercutirá con fuerza en las finanzas de sus usuarios: la tasa de pérdidas de la estatal, sean estas por causas técnicas y no técnicas.
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US$ 163 millones por año
En el último informe del equipo de especialistas liderado por Jeffrey Sachs (Pág. 52), puede leerse que “las pérdidas (de la ANDE) han aumentado un 20% entre 2014 y 2019 (de 3.398.104 MWh a 4.470.000 MWh), razón por la cual le estiman un déficit de ingresos de US$ 163 millones por año.
Con frecuencia se publican proyecciones de la curva de la demanda eléctrica de nuestro país, algunos inclusive con inquietantes connotaciones, como las que vaticinaban una suerte “apagón” debido a la saturación de las actuales fuentes de generación. Se mencionaba una tasa de crecimiento del orden el 7% y más.
Estudios técnicos de los ondulaciones de la curva de demanda de la empresa eléctrica prueban que esa tasa solo se alcanzó en 2014, con relación al ejercicio 2013, y que en 2020 inclusive cayó al 3,8%. Si buscamos el promedio de las tasas de crecimiento de la demanda de energía eléctrica entre el 2014 y el 2021, concluiremos que ronda el 5,3%.
Picos de consumo
En lo atinente los picos diarios de consumo en los días de intenso calor, como fueron los últimos del 2021, el Ing. Sosa apunta que el “máximo valor diario se registró el 22 de diciembre pasado, el último miércoles, con 77.092 MWh, que batió el récord del 23 de febrero, también del año pasado: 74.598 MWh,
Añade el presidente de la ANDE que cubrieron ese pico del miércoles último con Itaipú, que proveyó 65.126 MWh (84,5%); Yacyretá, 10.916 MWh (14,2%) y Acaray, 1.050 MWh (1,4%)
En cuanto a los picos de potencia que utilizó la estatal para enfrentar la ola de consumo que golpeó al sistema paraguayo en esos días, Sosa apunta que la misma midió 3.777 MW, equivalentes por ende a la potencia nominal de cinco grupos de Itaipú más la de Acaray, o a la capacidad de Yacyretá más de las de tres centrales del tamaño de Acaray.
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Consumo residencial
“No todo lo que brilla es oro”, dice un viejo refrán, en este caso porque ese salto en el consumo debe atribuirse en un 43,1% al uso residencial, muy por delante del uso industrial (18,6%), según datos de 2018, de acuerdo con el último informe Sachs.
Nadie en su sano juicio se opondría a la búsqueda de confort de nuestras familias, recordemos empero que el aprovechamiento de la energía limpia, renovable, aún llamativamente escaso en nuestro país, representa apenas el 19% del esquema final de uso de energéticos, según el Balance Energético Nacional 2020 del Viceministerio de Minas y Energía. Las abrumadoras porciones faltantes de esta singular torta energética paraguaya descansa sobre biomasa, 42% y derivados del petróleo, 39%.