De acuerdo a los datos obrantes en la denuncia, el daño afecta a especies nativas de cedro, yvyrapytã, kurupa’y kuru, lapacho, laurel ajy’y, las cuales fueron taladas y aserradas en el mismo sitio.
La madera es procesada en el mismo lugar y convertida en postes para su comercialización. En la mira de la fiscalía se encuentra un lugareño, de nombre José Dávalos, frente a cuya vivienda, en Karonay, fueron visualizados postes para su venta, presumiblemente provenientes del lugar de afectación.
En esta misma propiedad, ubicada dentro de la zona de reserva para parque se había registrado una quema de pastizal, probablemente provocado por taladores furtivos, que afectó una superficie aproximada de 15 kilómetros, Este hecho ya había ocurrido a mediados del mes de noviembre pasado.
El fiscal Ferreira encargó al jefe de comisaría de Taruma’i, SO Blas Ayala, la constitución en el lugar y la identificación de los posibles responsables, pero la tarea es compleja, debido a la condición de clandestinidad en que actúan los taladores furtivos.
Los efectivos policiales, acompañados de guardaparques privados, se limitaron a comprobar la tala de árboles, y elevar informe de situación.