En en el lapso de referencia, luego de dos años de sequía en la región, los reservorios de los complejos hidroeléctricos pueden volver a alcanzar los niveles considerados ideales de almacenamiento. No obstante, los periodistas de CNN apuntan que el ONS no informó cual sería la cota ideal, porque ese número varía entre uno y otro embalse, según les explicó el organismo técnico del vecino país.
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En el caso de la central paraguayo/brasileña Itaipú, de acuerdo con los datos de la entidad binacional, el nivel del embalse arañaba los 218 metros sobre le nivel del mar (msnm), 217,92 exactamente; en tanto que la cota máxima ideal es de 220,5 msnm y el mínimo de 216 msnm. A dos metros por debajo del nivel ideal y también a dos metros del mínimo.
En ese lapso, según fuentes de la margen derecha del río Paraná, el caudal afluente medía un poco más de 6.300 metros cúbicos por segundo, contra una media histórica registrado en diciembe de 11.234 m3/s.
Reiteremos que, de acuerdo con publicaciones del ONS, en el marco del aporte de la centrales hidroeléctricas del vecino país a su Sistema Interconectado Nacional (SIN) 40.332 MWmedios, a Itaipú binacional le correspondió 5.404 MWmedios, o sea 13,4%.
El 80% en tres años
“El ONS puede considerar el nivel de los reservorios de manera aislada, pero también puede considerar el de todos los reservorios. Yo establecería una meta del 80% para los reservorios del sudeste. Ese sería un buen valor”, explicó a los colegas de CNN Luiz Barata, exdirector del ONS, en la entrevista con el medio de referencia. Añadió que lo más relevante no es el nivel al que se debe llegar, sino cómo debe ser alcanzado”, según explicó
“La recuperación de los reservorios en octubre y noviembre fue excepcional, pero no hay ninguna garantía que tendremos un verano generoso, como fue la primavera”, agregó y pasó a advertir que si se recurre a las usinas térmicas tropezarán con un par de problemas: que contribuyen con la emisión de de gases de efecto estufa y que cargan una cuenta “que no estaremos en condiciones de pagar, con la suba de los costos de la tarifa”
Para enfrentar el problemas el problema, dijo que “es algo que debe ser planeado para que el en futuro se recurra, a la producción de energía a fuentes “renovables”.
Por la sequía, Brasil perdió US$ 14 MM por año
Folha.uol.com.br, en su publicación de la primera quincena de ese mes, resaltaba que “la reducción de las lluvias cuesta a Brasil US$ 14 mil millones por año”, un cálculo o estimación que en nuestro país nunca se hizo, al menos oficial y formalmente, como si los perjuicios provocados por la naturaleza fuesen la consecuencia de una inevitable ira divina.
Folha agrega que la escasez de lluvias, cada vez más frecuente en Brasil, provoca pérdidas anuales que rondan los 80 mil millones de reales (US$ 14 mil millones) del Producto Interno Bruto, “impactando directamente en la producción de energía y alimentos”.
Añade la publicación que la situación “ha empeorado este año, que las precipitaciones han estado por debajo de las expectativas desde 2012″.
Explica el autor del cálculo, Bráulio Borges, de LCA Consultores/FGV (Instituto Brasileño de Ecnonomía de la Fundación Getulio Vargas) que la baja intensidad de las lluvias es uno de los factores que causaron la “década perdida del PIB, aunque solía ser ignorado”. Concluye Borges que la falta de lluvias tuvo un impacto acumulado equivalente al 17% del PIB entre 2012 y 2021.
Vaciaron para generar más ganancia
Una tercera publicación, monitor.mercantil.com.br, ante los datos aparentemente demasiado objetivos añade la indispensable sospecha: “Se vaciaron embalses hidroléctricos para generar más ganancia”, dispara.
“El volumen de agua que ingresó a los embalses de las centrales hidroeléctricas brasileñas durante el último año es el cuarto mejor año de la última década, equivalente a un promedio de 51.550 MW. Sin embargo, el volumen de energía producido por las centrales hidroléctricas fue de 47.300 MW promedio, es decir, 4.250 promedio por debajo de la cantidad de agua que ingresó a los embalses en el mismo período. El equivalente a una central Belo Monte”, compara.
“Es falso afirmar que los embalses están vacíos debido a una supuesta sequía en el sureste de Brasil, explicaba el MAB (Movimiento de Personas Afectadas por Represas) en un artículo. Para la entidad, el vaciado de los reservorios de las plantas ocurrió en medio de la pandemia, cuando hubo una caída promedio del 10% en el consumo nacional de energía eléctrica”, agrega.
Itaipú, una pieza más
Una suspicacia, muy atendible, de estas publicaciones nos toca más de cerca: “los embalses se vaciaron sin necesidad de atender un aumento de la demanda, ya que disminuyó. Según el MAB en varias plantas, como Itaipú, la operación de realizó ‘con un evidente interés en generar desabastecimiento para hacer explotar tarifas. Toda esa agua derramada podría haberse almacenado o convertido en energía, sin aumentar los costos”.
Según fuentes locales, la producción de la central binacional Itaipú, caerá este año 12,3% con relación al 2020, 76.382 GWh contra 67.000 GWh, por consiguiente no habrá energía adicional a la garantizada, la energía barata que dora la píldora recetaria de la ANDE y nada menos que 35% menos que en 2016, año en que la binacional batió el récord mundial de producción con 103.098 GWh.