Denuncian a sacerdote por intento de coacción sexual y violación

Por tentativa de coacción sexual y violación fue denunciado ante la Fiscalía un sacerdote que cumplía servicios en la parroquia Virgen del Rosario de General Artigas, en Itapúa. El religioso ya está con amonestación canónica por haber pecado contra el sexto mandamiento, “no cometerás adulterio”, consumo de bebidas alcohólicas y “escándalo comunitario”.

Padre Rafael Fleitas en el 2019, actualmente sancionado por pecar contra el sexto mandamiento y denunciado por coacción sexual.
audima

La denuncia contra el padre Rafael Fleitas (de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada) fue presentada el 13 de diciembre por coacción sexual y violación en grado de tentativa. Es investigada en la Unidad Fiscal 1 de San Pedro del Paraná, a cargo del abogado Ever García, quien tomó declaración testifical a la víctima, dispuso su evaluación psicológica y también solicitó antecedentes de posibles otras causas que existan contra el religioso, pero aún no lo imputó.

En la testifical, la denunciante, una mujer paraguaya, mayor de edad, contó que el hecho ocurrió el 1 de noviembre de 2020, cuando ella había recurrido a la parroquia Virgen del Rosario de General Artigas en busca de ayuda espiritual, ya que su papá había fallecido en plena pandemia.

La joven explicó que en la parroquia le recibió el padre Fleitas, ya que el párroco, Aníbal Cazuriaga, estaba de vacaciones.

El religioso le dijo que debía completar tres días de oraciones. El primer día ella fue con su mamá. Al segundo día, la mujer fue con su hermana, y el sacerdote, según la denuncia, le dijo que le gustaban sus nalgas y que quería llevarla a vivir con él a Asunción, acorde consta en la declaración testifical.

Sola en el confesionario

Al tercer día, siempre según la denuncia, el religioso hizo pasar solamente a la mujer al confesionario y su hermana la esperó afuera. Dentro de la habitación, la joven afirma que el sacerdote la besó y describe ella el modo en que él la tocó y le pidió sexo oral. “Eso me puso muy nerviosa y le di una bofetada y empecé a vomitar y caí al suelo y perdí la conciencia”, relata la denunciante, que al despertar, ya encontró a su hermana a su lado.

La mujer afirmó que se retiró de la parroquia sin decir nada, pero que en otro ataque de convulsiones que tuvo, acabó contándole a su familia. Meses después, señaló ella en la denuncia, sacerdotes hicieron una investigación de lo ocurrido y el padre fue apartado de la parroquia.

Sin embargo, este mes a ella le dijeron que el religioso había vuelto a oficiar misas y entonces decidió denunciar ante la Fiscalía lo ocurrido con la intención de que Fleitas “salga de la iglesia y haga su vida como hombre, no puede jugar por la persona necesitada”.

El sexto mandamiento

Así como esta, feligreses y el párroco Cazuriaga de General Artigas habían realizado otras denuncias similares contra Fleitas en el transcurso del año pasado y luego de una investigación realizada por la Provincia Cruz del Sur - Sector Paraguay de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, los superiores de la orden en Roma, Italia, y Buenos Aires, Argentina, resolvieron el 1 de julio pasado una amonestación canónica al sacerdote, por “pecado contra el sexto mandamiento”, bebidas alcohólicas, escándalo comunitario.

Como amonestación, Fleitas fue apartado del trabajo pastoral en público durante un año, prohibición de salir de la provincia, residir en una casa pastoral por un año y seguir un tratamiento para “trabajar su adicción al alcohol”, además de ir a terapia psicológica y asistencia para volver a vivir en castidad.

La amonestación, sin embargo, no es del agrado de los feligreses de General Aquino, que el 15 de julio mandaron a Roma una nota en la que expresan “nuestra total indignación y repudio a semejante medida que nos parece del todo complaciente”.

Para los feligreses, los casos de acoso sexual cometidos supuestamente por el padre no son una violación al sexto mandamiento, “sino que son crímenes en contra de la autonomía sexual de la persona y de su dignidad”.

Ataques sexuales a personas vulnerables

“Se aprovechó del sacramento de la confesión para hacer a una de las víctimas propuestas para tener sexo con ella y la sometió a manoseos y toqueteos en sus partes íntimas, siendo la misma una persona totalmente vulnerable, con un cuadro de epilepsia y de depresión”, resalta la nota, que a la vez afirma que “los ataques sexuales a personas en estado de vulnerabilidad se consideran de la misma naturaleza que ataques a menores de edad”.

Los feligreses afirman que hay otras mujeres que habrían sido víctimas de acoso sexual por parte del sacerdote, pero que no se animaron a denunciarlo ante la Justicia y cuestionan que no haya sido la misma Iglesia la denunciante de este y otros casos ante el Ministerio Público.

Sacerdote cumple con sanciones

Por su parte, el padre Zenón Berikani, superior de los Oblatos de María Inmaculada en nuestro país, afirmó que Fleitas está cumpliendo todas las sanciones impuestas, incluida su asistencia a reuniones de Alcohólicos Anónimos y la atención psicológica.

Berikani explicó que el padre no tiene prohibido hablar públicamente sobre cuestiones que atañen a la vida religiosa y que sí está cumpliendo con la prohibición de oficiar misas.

El superior de los Oblatos de María Inmaculada señaló que si bien investigó los hechos, la Iglesia no los denunció a la Justicia porque las víctimas son personas adultas. “Nosotros, si no hay un caso de un menor de edad, no podemos ir a denunciar a la Fiscalía porque el adulto tiene derecho de ir a denunciar a la Fiscalía, porque son personas mayores”, detalló. Así también, Berikani dijo que la carta de los feligreses se encuentra a consideración de la Santa Sede.

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