Además de la falta de fármacos, las consultas o cirugías postergadas por pandemia fueron causa de enfermedades agudizadas, situación que a la fecha no se logra superar.
Durante este tiempo, uno de los grupos más golpeados fueron los pacientes oncológicos, que sufren hasta hoy día las constantes faltas de medicamentos, según relató Marta Ortiz, presidenta de la Asociación de Pacientes de Cáncer de Mamas y Familiares del Hospital Nacional de Itauguá (Apacmafa).
“Salud Pública no cubre la totalidad de los gastos en medicamentos o estudios realizados y además hay constante falta de fármacos y reactivos, así como equipos médicos para realizar tomografías, ecocardiograma y otros”, dijo Ortiz.
La presidenta de la Apacmafa precisó que solo en el Hospital Nacional son alrededor de 200 pacientes los que se encuentran en esta situación.
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Los que esperan por un trasplantes de órganos y tejidos también se vieron desatendidos en pandemia, ya que, según el Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), de 193 trasplantes realizados en el 2019, la cifra cayó a 88 en el 2020. A la fecha, hay 229 personas en lista de espera.
Incluso un simple acto como la donación de sangre se vio seriamente afectado por el covid-19, ya que se registró un déficit en pandemia que llegó a un 27%, según el Centro Nacional de Servicios de Sangre (CENSSA).
En el 2019, se registraron 109.400 donantes, en tanto que al año siguiente, la cifra se redujo a tan solo 79.529 donadores.
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La situación en el Instituto de Previsión Social (IPS) no es mejor que en la salud pública, ya que la previsional también desatiende a sus miles de asegurados, a los que deja sin insumos básicos y medicamentos pese a que estos pagan mensualmente por el servicio.