El peso de la justicia cayó sobre Ángel Luis Fariña Alegre y Ángel Marcelo Pintos Arévalos. Ambos fueron procesados por Trata de personas con fines de Explotación Sexual y Laboral (Servidumbre sexual) y Trata de personas con fines de explotación laboral y sexual (captación). El proceso estuvo encabezado por la agente fiscal de la Unidad Especializada en la Lucha contra la Trata de Personas, Nathalia Acevedo
Según los antecedentes, una compatriota que actualmente tiene 27 años, fue captada por Pintos, que fue su profesor de música. Éste le ofreció viajar a la República Popular de China para integrar un grupo musical y trabajar como cantante dentro de un hotel, en la isla Sanya.
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La oferta era tentadora pues se le ofrecía US$ 1.000 mensuales como pago por cantar. Para lograr el contrato laboral, la víctima fue derivada por su profesor, junto a Ángel Fariña, que formaba parte del grupo y era el encargado de realizar los pagos a los integrantes.
Parecía todo tan bonito, que la mujer hasta se ilusionó. El ofrecimiento incluía el gasto del pasaje de ida y vuelta. El vestuario y el hospedaje serían de libre costo.
Pasó de lo peor
La joven viajó el 4 de marzo del 2.018 y desde el momento en que llegaron a la isla, la víctima fue amenazada, coaccionada, agredida verbalmente y explotada sexualmente (servidumbre sexual) por Ángel Fariña, indica el reporte del Ministerio Público.
La tuvieron encerrada en una habitación del hotel, de donde solo podía salir para las horas de actuación, siendo controlada en forma permanente. Marcelo Pintos tuvo conocimiento de toda la situación vivida por la víctima ya que desde el principio ella le había solicitado ayuda. El ahora condenado no actuó en su defensa para salvarla.
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De manera fortuita logró contactar con su familia
Luego de un tiempo de vivir esta verdadera pesadilla, la víctima pudo contactar a escondidas con su familia pues logró enviar mensajes vía Whatsapp a su hermana solicitando auxilio.
Ésta realizó la denuncia ante la Unidad Especializada de Trata de Personas de Asunción, y de forma inmediata fueron arbitrados los mecanismos necesarios para el rescate. Se pudo con el intermedio de las autoridades consulares de la República Argentina, quienes intervinieron y canalizaron las relaciones diplomáticas entre Paraguay y China Continental, según informó la fiscalía.
El Tribunal de Sentencia conformado por la jueza Dina Marchuk, que fue la presidenta, y las juezas Alba Hermosa y Mezalina Fernández, realizó la valoración de pruebas presentadas.
Finalmente resolvió de forma unánime condenar a los acusados a 10 y 5 años de pena privativa de libertad.
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