El secuestrado Peter Reimer Loewen, de profesión electricista, fue liberado por el EPP en un monte desde donde llegó caminando a la comunidad indígena Jeroky Roka, situada a su vez a orillas de otro espeso monte, a 1.800 metros del cauce del río Ypané, que separa los departamentos de San Pedro y Concepción.
Peter pasó la noche con los indígenas, quienes no pudieron avisar de la liberación porque la señal de celular era débil y además porque ninguno tenía saldo.
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Recién ayer de mañana, los nativos comunicaron la novedad al cacique y este contactó con el padre de la víctima, el colono menonita David Reimer Harms, quien a su vez fue a recogerlo en compañía de otro menonita.
Solo cuando Peter ya estaba a salvo en la casa de su padre, en la colonia La Yeya, a 35 kilómetros de donde lo liberaron, su familia dio avisó a los periodistas que cubrían el caso. Recién ahí los organismos de seguridad se enteraron de la noticia.
El fiscal de la unidad Antisecuestro, abogado Lorenzo Lezcano, y subjefe de Antisecuestro de la Policía, comisario Mario Vallejos, dijeron ayer en el programa Crimen y Castigo de ABC TV que Peter les contó que a últimas horas de la tarde del lunes sus captores le anunciaron que sería liberado.
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Los secuestradores refirieron a Peter que su familia cumplió, en referencia a la distribución de víveres por valor de US$ 500 mil, tarea que a su vez concluyó esa mañana con la repartija de mercaderías en Chacarita y Pelopincho de Asunción.
El menonita estuvo todo el tiempo retenido en un monte de 4.155 hectáreas contiguo al lugar de la captura, que fue en el predio de la estancia Guyra Campana, en el distrito de Santa Rosa del Aguaray, departamento de San Pedro.
David Reimer Harms, aunque estaba feliz por la liberación de su hijo, dijo ayer que prácticamente no tienen tiempo para festejar ya que desde hoy mismo tienen que empezar a trabajar mucho más de lo habitual para cumplir con los compromisos financieros que asumieron para recuperar con vida a Peter.
En ese sentido, aunque Peter fue liberado, todas las colonias menonitas del norte de San Pedro siguen secuestradas por el EPP, ya que se endeudaron para juntar el dinero y comprar los víveres reclamados por los terroristas.
Según los datos, las colonias menonitas e incluso algunos ganaderos proyectan a partir de este caso crear una especie de fondo especial para secuestros, debido a que el de Peter fue el tercero en la misma zona y no tienen garantías de que este flagelo vaya a terminar.
La sensación se inseguridad en la región es cada vez más desesperante, ante la ineficiente respuesta del Comando de Operaciones de Defensa Interna (CODI).