Es la mañana del 9 de diciembre y en el patio de la casa de mi abuela se despliegan tres cajas de cartón, repletas de los artilugios “mágicos” que hacen al pesebre que desde hace décadas es dispuesto entre las plantas que con tanto cariño cuidaba, en vida, mi abuela y hoy por hoy están en manos de mis tías.
Las figuras de barro de José y María, además del ángel, los pastores y los Reyes Magos son notoriamente más grandes que la del Niño Jesús. La explicación a esta diferencia me la dio mi abuelo.
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Don Antonio me contó que cuando recién se casó con mi abuela, Juana, su madrina de bodas, la tía Joaquina, les regaló la imagen del Niñito Jesús, pues ellos estaban buscando tener un bebé. Al parecer esa creencia popular tuvo efecto, porque un año después nació mi mamá.
Mientras iban cortando los mirtos y pegando la yerba sobre el papel madera para la base del pesebre surgieron otras versiones sobre el origen de la pequeña imagen del niño Jesús.
Más allá del cómo ese pequeño bebé Dios de yeso fue a parar en nuestra familia, lo magnífico de la conversación trascendió por las increíbles y amenas tradiciones sobre los pesebres paraguayos que fui conociendo. Es que el paraguayo tiene patrones culturales que se establecen con la tradición oral que pasa de generación en generación.
Tradición que llegó con las misiones religiosas
No existen documentos históricos ni científicos que avalen dichas acciones pero en la memoria común de los compatriotas, las creencias se mantienen. El folclorista, David Galeano, explicó que el pesebre llegó como tradición cristiana a nuestro país con las misiones religiosas y de allí en adelante se convirtió en algo propio de la región.
Bajo el rigor de esas tradiciones cada diciembre, la mística se apodera de los hogares y cada uno le de su propia valoración a la evocación del nacimiento santo.
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Para las parejas que buscan concebir
Según la costumbre a las parejas que buscan tener hijos se les regala un pesebre. Esta tradición está vinculada a que José y María pasaron a ser la Sagrada Familia con la llegada de Jesús. “Eso significa que habrá una multiplicación en la familia. Si se tiene una imagen de la Sagrada Familia, siempre la familia será bendecida”, contó Galeano.
Promesas a cumplir
Otra tradición es que la persona que prepara el pesebre lo haga por siete años consecutivos. Dicha evocación tiene como origen las promesas hechas al pequeño niño, por las personas que disponen el pesebre.
Una creencia popular es que para la suerte, se debe robar la imagen del niñito Jesús. Esto se hace en complicidad con algún miembro de la familia. La tradición dicta que una vez concedido el favor, la imagen debe ser devuelto.
“¡Qué lindo tu pesebre! ¡Qué rico tu clérico!”
En muchas familias en Nochebuena la casa está abierta para recibir a las visitas que van a saludar y ver el pesebre. Aquí a los niños se les regala caramelos y a los adultos se les invita clericó.
Dicha tradición está aún muy arriagada especialmente en los hogares rurales. El 24 de diciembre desde las 18:00, cuando los niños ya están bañados y con sus atuendos de fiesta, van a la casa de sus vecinos para mirar el pesebre. Según Galeano, con esta tradición surgió la frase “Qué lindo tu pesebre, qué rico tu clérico”, la que se popularizó.
Contó además que en algunas casas también invitan a la gente con pan dulce y hacen una versión sin alcohol del clericó para los niños.
La devoción infaltable en torno a los pesebres hace que otra costumbre sea que cuando llega la 00:00 del 25 de diciembre, todos se reúnen alrededor de la Sagrada Familia para rezar y agradecer a Dios por las bendiciones recibidas.
¿Cuándo se prepara el pesebre?
También las costumbres del paraguayo giran entorno a la fecha de preparación del pesebre. En algunas familias se hace los primeros días de diciembre, mientras que otros lo hacen tras las celebraciones marianas de Caacupé. Incluso hay quienes lo preparan el 24 de diciembre. Galeano explicó al respecto, que el 8 de diciembre las personas la relacionan con la concepción de María, y sería el tiempo religioso más indicado para preparar el pesebre. “Es una cuestión de creencias de la gente”, acotó.
Por otra parte, la representación del establo de Belén, debe quedarse indefectiblemente hasta después del Día de Reyes Magos, el 6 de enero. Luego de esta fecha se invierte la dirección en la que miran los camellos y los magos del Oriente, y son dispuestos de salida.
Ofrenda del fruto de la chacra
El paraguayo también incluye en su pesebre todo tipo de frutas de estación, esto relacionado a la abundancia y la prosperidad. Se dan como ofrenda al “niñito” los mejores productos de la cosecha, para que en el año no falte comida y trabajo. Es por ello que la sandía, el melón, las bananas, las uvas y otros se incluyen en la representación.
Los pesebres por lo general son montados en un lugar especial de la casa, ya sea en el patio o la sala. Toda la familia se encarga de la preparación en busca de revivir con imágenes el nacimiento de Jesús. Son infaltables las ramas del ka’avove’i y el mbokaja poty en la suerte de altar preparado para alojar a las imágenes de barro del Niño Jesús, la Virgen María, San José, el ángel, el pastor, las ovejas y los tres Reyes Magos.
Ante este altar se encienden las velas a la hora de rezar. Actualmente, pesebre se le incluyen luces coloridas y un sinfín de otras imágenes, colaboración de los niños y niñas de las casas que quieren formar parte de la elaboración del pesebre.
“Es normal ver un Papá Noel, una muñeca, un superhéroe en el pesebre, que van siendo los aportes de los chicos, que mezclan las ideas, las tradiciones”, contó Galeano.
El folclorista mencionó que todas estas costumbres se mantienen en el tiempo gracias a la tradición oral porque poco o nada se escribió al respecto, pero su falta de aval científico o histórico no le resta trascendencia o peso en la cultura nacional.
En tu familia: ¿siguen algunas de estas tradiciones?