Caacupé 2021: lo que dice la tercera carta al pueblo paraguayo

Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, hizo pública su tercera carta al pueblo paraguayo durante la festividad de la Virgen de Caacupé. A lo largo de su nota, instó a “organizar la esperanza” durante la pandemia y criticó a los corruptos del Gobierno por el mal manejo del Estado. También recordó la situación del Norte, donde se reportó un nuevo secuestro por parte de grupos criminales.

Una multitud asistió a la misa central en Caacupé.Arcenio Acuña Rojas
audima

La tercera carta dirigida al pueblo paraguayo lleva el nombre “Organizar la esperanza”, expresión tomada de la homilía del papa Francisco, como idea que hace referencia a la necesidad de aliviar el sufrimiento de los más débiles y carenciados de la comunidad.

En ese contexto, monseñor Ricardo Valenzuela habla de la pandemia del coronavirus y repudió el hecho de que muchas vidas se podrían haber salvado con una rápida y efectiva acción del Gobierno.

“Muchos de ellos pudieron haberse salvado o vivir más tiempo si la reacción gubernamental hubiese sido más acertada y no tan débil para enfrentar eficientemente el problema, tal como era de esperarse de quienes están investidos de autoridad en ese campo y a quienes las instituciones pertinentes pusieron a disposición los recursos y mecanismos necesarios para ello”, indica la carta.

Afirma además que el Estado sigue teniendo una deuda social con la salud pública para la atención a las personas carenciadas y, por qué no, también a todos, porque la atención en salud pública debe ser universal.

“No es justo que los altos miembros del Estado, en vez de usar los servicios de salud de la colectividad, gastan el dinero público en seguros privilegiados de la medicina prepaga, como si tuvieran naturalmente más derechos que el común de la gente”, puntualiza la nota.

En otro momento, recordó que la pandemia puso a ricos y pobres en el mismo plano. “Ricos que pudiendo comprarlo todo no encontraron forma de salvarse o de salvar a los suyos y pobres que, aun contando con todo el apoyo, tampoco pudieron salvarse ni salvar a los suyos”, dijo.

Para ir saliendo adelante, según Valenzuela, es necesario que los políticos y el Gobierno dejen de lado el sectarismo, los privilegios a veces exagerados, la riqueza malhabida, y “trabajen por el bien común”, buscando ajustar el modelo económico del país a uno que tenga rostro humano.

“¡Basta de mezquindad, basta de excesiva acumulación del dinero y de los recursos en pocas manos que tiene su contraparte en la exclusión de muchos! Recordarán todos que, al inicio de la pandemia, con el susto natural, se hicieron muchas y lindas promesas de reforma; la mayoría de ellas quedaron en el olvido”, expresa.

Impunidad

Tenemos la obligación de “organizar la esperanza” en el Paraguay- continúa la nota- para dejar atrás los efectos de la pandemia y para poner punto final a la epidemia nacional de la impunidad, porque la corrupción también mata, aunque para ello no adquiere una forma similar al COVID-19.

Valenzuela resalta que, como toda enfermedad, es posible también encontrar la forma de curar la corrupción. “Si las instituciones pertinentes se declaran incompetentes para ello, es deber primero de los gobiernos y después de la responsabilidad ciudadana encontrar la manera de extirpar este mal”, plantea como cura a la corrupción.

Presupuesto deficitario

El Presupuesto General de la Nación (PGN) no se salvó de formar parte de la carta. Para monseñor Valenzuela, el PGN solo es de interés de algunos para un buen vivir a costa de los demás.

“Este presupuesto tiene que ser de interés de todos nosotros porque es el cálculo de lo que se hará con el dinero de todos los contribuyentes, de todo lo que se va a gastar con ese dinero. Pero resulta que desde hace unos doce años ese presupuesto es deficitario, lo que significa que se endeuda al país sin respaldo. De esa manera, como consecuencia, el endeudamiento aumenta año tras año. Todos sabemos lo que pasa cuando gastamos más de lo que ganamos y lo que pasará en el futuro si continuamos sin planificar bien dando prioridad a aspectos superfluos”, indica.

La nota también hace referencia al dinero usado en licitaciones amañadas durante la pandemia. “La pandemia se llevó gran parte de la deuda contraída en nombre de la salud pública y luego de algunos tejes y manejes solo gozan de buena salud quienes se alzaron con casi todas las licitaciones y compras sobrefacturadas de emergencia para supuestamente responder con eficiencia a los rigores del COVID”, señala.

Justicia independiente

Para Valenzuela, es necesario organizar con más firmeza y eficacia la aplicación de la ley a quienes la infringieron para quedarse con la mayor parte del presupuesto de salud en tiempos de plena pandemia.

“Por eso, necesitamos un Poder Judicial verdaderamente independiente y no subordinado a personas influyentes y grupos de poder. Si no funciona la Justicia, la democracia es solo nominal, la cual cede su puesto a una anarquía”, expresa.

También insta a quienes acceden a cargos de justicia a demostrar que ingresaron por méritos propios y no por otros medios. “Sólo una ciudadanía despierta, alerta y movilizada en torno a los principios inmutables hará que nuestro país sea el lugar común de la convivencia civilizada, el respeto y el amor al prójimo”, dice.

Nuevos intendentes

La nota dice que estamos como ciudadanía expectantes de los primeros pasos de las nuevas autoridades municipales, elegidas en votaciones libres el 10 de octubre pasado. Recalca lo de elecciones libres porque ejercer la libertad es un compromiso cívico que requiere cierto valor ciudadano.

Ese compromiso, esa responsabilidad, esa libertad, dice Valenzuela, no se acaba con el derecho de elegir, que es apenas el inicio; continúa con el deber de controlar y exigir a los elegidos cumplir sus planes y que estén apegados en todo momento a la ley. “El pueblo, en definitiva, es el verdadero contralor de los gobernantes”, enfatiza.

“Señores intendentes y concejales electos, a la hora de hacer sus nuevas tareas tengan presente su compromiso con la fe, con el pueblo y con sus familias. Ellos tuvieron el derecho y la libertad de elegirlos, pero también tienen el derecho de sentirse orgullosos de ustedes, de la decisión que tomaron al elegirlos. No los defrauden, no renuncien a poner aunque sea un granito de arena para construir el cambio en el país. Acuérdense que están para servir a sus comunidades y municipios!”, puntualiza.

Violencia y secuestros

En la carta, Valenzuela critica el auge de violencia en el país. “Hoy por hoy, la violencia adquiere otras formas, como la que implementan los forajidos del Norte, secuestrando, asesinando a personas inocentes, y extorsionando a las instituciones al punto de mantenerlas maniatadas, sin mucho margen de respuestas legales”, indica.

Recordó así a las familias de Óscar Denis, Félix Urbieta y Edelio Morínigo, secuestrados y sin noticias ciertas para sus atormentados allegados.

“Una vez más, nuestra voz de aliento a las fuerzas del orden y la ley a extremar sus esfuerzos por liberarlos cuanto antes y que sus actos estén guiados por el valor y las mismas esperanzas de las familias en recuperar con vida a sus seres queridos. No existe ninguna razón para abandonarlos”, señala.

La educación

Para Valenzuela, el oportunismo y la picardía política de las élites partidarias hacen que la educación pública sea relegada todas las veces.

“Sin importar el signo político de los gobiernos de turno, nuestra educación siempre es calificada en todos los exámenes internacionales de pésima y atrasada. No obstante, parece haber señales del inicio de un proceso de renovación de la misma, ante la ya triste evidencia: niños sin terminar la primaria, jóvenes que buscan trabajo en condiciones de analfabetos funcionales y adultos condenados a vivir el resto de sus vidas sin competencia y, por ende, sin poder aprovechar las oportunidades existentes”, dice la nota.

“El país necesita cuanto antes cambiar. Cambiar el perfil de sus líderes. No cambiar personas simplemente. Necesitamos líderes íntegros, honestos, con mentalidad sana, confiables, comprometidos con la verdad, serviciales y ambiciosos con el cumplimiento de sus planes y promesas empeñadas”, añade.

Tratado de Itaipú

Otro aspecto mencionado fue el tratado de Itaipú, que debe ser negociado en 2023 con Brasil. Según Valenzuela, el mañana comenzó ayer, pero la gran fecha sigue siendo el año de la renegociación del Anexo C de Itaipú, “cuyo tratamiento y negociación ya comenzaron y de las cuales apenas conocemos algunas pequeñas cosas que se filtran”.

“Necesitamos, además, patriotismo para tratar el tema y para exigir a quienes negocian y negociarán nuestro futuro. No demos pasos en falso que condicionen el porvenir de la nación”, asevera.

La carta finaliza diciendo: “A pesar del dolor de nuestras pérdidas, tenemos el deber cristiano de levantarnos y andar, de trabajar y hacer bien las cosas, cada uno en nuestras áreas, de contagiar esperanza a los demás, de levantarnos nuevamente si volvemos a tropezar y de avanzar siempre en la formación de nuestra integridad física, moral y espiritual, de promover el servicio a los demás, en nuestra madre Iglesia y en la Patria toda. No existe fuerza terrenal que pueda detenernos en este propósito, pues si Dios está con nosotros quién podrá contra nosotros”.

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